lunes, 31 de octubre de 2005

La guerra y no la paz

Participa a favor de la COPE


La libertad sigue pasando, en estos tiempos, su etapa más oscura y difícil, sobre todo, desde que los dirigentes se han empeñado en derrocar la voz de los testigos del debacle de España, por ejemplo, el ministro Montilla. A él, otro personaje que se sitúa por encima del bien y del mal, pues dijo que la Cadena COPE incitaba al odio, a la división y a la confrontación y que los líderes contrarios levantan banderas y cavan trincheras, se han sumado numerosos medios e instituciones entre las que destaca el CAC, el Consejo Audiovisual de Cataluña (habría que ponerle una "a" más a sus siglas para que el nombre reflejase su realidad contundente), controlado por el tripartito. Este CAC"a", ha abierto expediente a la emisora de la Conferencia Episcopal porque "viola" la Constitución. De modo que, uno de los pocos medios que defiende a ultranza la Constitución es acusada de violarla y de no cumplirla. Esto me suena a chantaje, es decir, que los chantajeados se bajen del burro y dejen a los estorsionadores en paz.

Asímismo, El Periódico de Cataluña, dedicó ayer su editorial a la COPE y a la Iglesia, "La COPE, esa inquisición". El ataque frontal y miserable contra la Iglesia y su emisora manifiesta un odio abyecto contra aquella institución que no calla, que denuncia, que abre los ojos, por los menos, a la mitad de España. Se han atrevido a juzgar la labor de la Iglesia y a decirle lo que tienen que hacer, porque se ve que saben más de los cimientos de la Iglesia que la propia Iglesia. Entre otras cosas dice, que ésta es culpable, que es normal que se vacíen los templos por las contradicciones que ven los fieles, que la gente ya no rellena la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta por este motivo, que la COPE es la nueva inquisición (que no es santa) y que la propia Iglesia sigue aplicando tormento a los herejes a través de esta emisora.

Aparte del desconocimiento histórico de los responsables de este periódico, el recurso al insulto les hace despreciables, precisamente porque no poseen argumentos para defender el estatuto y la caída de España, y lo hacen, cómo no, contra la Iglesia, contra Jiménez Losantos, contra César Vidal y contra Ignacio Villa, periodistas de la COPE. Pero la cosa no queda ahí, también el País se suma a estos ataques contra la COPE y la Iglesia porque no podía ser menos.Y la SER, por su parte, dice de sí misma que se parece a España, y la verdad es que lleva razón, desmembrada, manipuladora y federal.

La maniobra de desprestigio contra la Iglesia, su labor, sus valores, sus acciones y sus miembros queda hoy patente más que nunca desde el atrevimiento a emitir juicios de valor y a pedir su derrocamiento, ya sea por falta de pecunia, ya por falta de apoyo moral. Claro, ahora la Iglesia, está siendo Iglesia y está luchando por los derechos no de sus fieles, sino de todos los españoles, sean creyentes o no.

Si la voz social de los pastores es la Cadena COPE, entonces está haciendo lo que tiene que hacer, y no juzgo, sólo interpreto humildemente los signos de los tiempos e interpreto una situación social que no puede quedar silenciada, porque el ataque contra su emisora es un acto de violencia en toda regla. Lo más sencillo sería rescindir el contrato a los periodistas que son objeto de las críticas, y así la Iglesia seguiría manteniendo su carácter moderado y concialiador, pero Jesús vino a traer la guerra y no la paz.

viernes, 28 de octubre de 2005

Fútbol e Inquisición

Los Reyes Católicos, en su afán de unir todos los reinos de la península, usaron entre otras cosas, la labor de la Inquisición. El papel de ésta en el proceso fue fundamental porque suponía el nexo de unión de la mayor parte de los habitantes del reino, de modo que, todos aquellos que no pasasen por el rasero de la fe católica, serían expulsados o ajusticiados. La Inquisición se convirtió en el instrumento más potente de la corona para la consecución del objetivo español.

Hoy, como no hay inquisición que valga, los dirigentes han usado otro nexo aún más fuerte, si cabe la expresión, y no es otro que el deporte, o mejor dicho, el fútbol. ¿Hay algo que una más a los habitantes de una misma comunidad? Se puede ser de la opción política que sea, de cualquier raza, provenir de la cultura más alejada, pero el fútbol logra la unión de sentimientos y de voluntades hacia un mismo fin, un mismo objetivo.

Y Laporta, como obispo del Camp Nou (o campo nuevo), lo ha hecho. Se ha aliado con el reino catalán y el reino español junto a una multitud ingente de organizaciones públicas y privadas, los nobles y la burguesía, para exigir al Congreso que no toquen el proyecto de estatuto y que no sea modificado ni en una coma. Entre esta nobleza se encuentra el Omnium Cultural, el Ateneo Barcelonés, la UGT, el Orfeón Catalán, el Consejo Nacional de la Juventud de Cataluña, la patronal CECOT, el Centro Unesco de Cataluña, el Círculo Tecnológico de Cataluña, el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña, el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados de Cataluña, la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña, la Asociación Catalana de Contabilidad y Dirección, las Nuevas Bases de Manresa y la Opinión Catalana.

Usando los ardides de esta nueva inquisición futbolera los patronos de la corona de Zpeitor quieren unir, tomar y anexionar Valencia, Baleares y un trozo de Aragón, que no le modifiquen la bula catalani y encima, que los reinos que se erigen en sus confines rindan pleitesía. Para que después digan que no queda todo en casa. Hay que reconocerles que listos, al menos, son, pero ¡ay amigo! no son los Reyes Católicos ni calzan sus chapines. Qué le vamos a hacer.

Laicidad y libertad de conciencia

El ataque contra la cultura cristiana sigue su escalada vertiginosa y desmesurada mediante la voz de los intelectuales, que así se designan a sí mismos, y de los dirigentes políticos. En estos días, la Fundación Pablo Iglesias está organizando un seminario con el nombre de "Laicidad y libertad de conciencia". Ya el título sugiere su contrario, por ejemplo, "Cristianismo y manipulación de la conciencia". Entre los personajes que podrán sobre el tapete sus conocimientos y experiencia en esta materia constan nombres como Peces-Barba, uno de los altos comisionados españoles, Álvaro Cuesta, secretario de Libertades Públicas del PSOE y presidente de la Comisión de Justicia del Congreso o Vitorino Mayoral, diputado, también del mismo partido político.

La tesis fundamental consiste en manifestar y hacer necesaria la laicidad del Estado, por motivos que no se especifican en su propaganda, y la actualidad de los efectos de la secularización, de modo que, ya se convierte en actualidad todo aquello que los dirigentes deciden. Mientras que las bases de la cultura cristiana y la confesionalidad de la mayor parte de los españoles no es actualidad, más bien, son asuntos que pertenecen al pasado, la secularización de la sociedad sí que lo es, y además se identifica con la libertad de conciencia. ¡Eso está precioso!, como diría mi abuela.

En la propaganda del seminario ya se define a la laicidad como el "sistema garante de la libertad de conciencia de todos". Menos mal que todos estos seminarios proselitistas pretenden ser aconfesionales y amorales, pero no dejan de tratar temas que pertenecen a la conciencia de cada individuo. Si la alianza de civilizaciones engloba a todas las razas, culturas y religiones, ¿por qué se manifiesta la supremacía bondadosa de la laicidad?

La cosa no acaba ahí, sino que la razón primordial para realizar este simposio no es otra que la constatación del incremento de un "neoconfesionalismo rampante", y ello, como mal social. Parece que los jueces de los bueno y lo malo pretenden indicar el camino hacia la bondad de la laicidad y construir su personal torre de Babel a base de neumáticos gastados, que ahora está muy de moda.

Entre las conferencias que serán leídas por los antes mencionados, aparecen temas como las distintas perspectivas de la laicidad, los derechos cívicos en el marco de la constitución laica y la necesidad de la laicidad en la educación, entre otros.

No es por nada, pero me parece a mí, que estos señores pretenden adelantar un apocalipsis de la cultura cristiana avocada ya al fracaso y el advenimiento de un sistema emergente, nuevo y maravilloso donde todos vayan a una, como en Fuenteovejuna y la libertad de conciencia consista en la esclavitud de un pensamiento y sentimiento unilateral basado en el amor a uno mismo y en el respeto a todos los demás mientras que no molesten y no chafen el chiringuito.

jueves, 27 de octubre de 2005

La carente moralidad

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Hablar de moralidad en estos tiempos suena, para muchos, a historias de miedo y a prehistoria conceptual, pero, aunque algunos se empeñen en conculcar que la sociedad no se asienta en los valores fundamentales de la persona mientras que tergiversan la realidad para imponer los suyos, la moralidad renace como los pequeños brotes de la tierra seca cuando llueve levemente. El ministro Montilla, por sí mismo y sin ayuda, ha apelado a la moralidad porque dice que algunos medios de comunicación, como la Cadena COPE, no está siguiendo los patrones morales propios del episcopado español. Es normal que diga estas cosas viendo cómo los secuaces apolancados siguen las directrices exactas de su delfín. Donde fueres haz lo que vieres. Y cómo puede conocer los presupuestos morales de este episcopado si el susodicho ministro sólo posee en su haber el título de bachiller, o es que en su vida política consiguió infusamente el conocimiento de la moral personal, socioeconómica y social de la Iglesia. Nadie puede exigir lo que no está dispuesto a dar, y esto es una máxima universal de la ética, sdebería saberlo. El tal Montilla lo pide y lo exige porque su gobierno se ha acostumbrado a seguir la táctica de su personal historia de miedo. El miedo a la libertad, el control de las voluntades, la crítica feroz de la divergencia, la manipulación de la información y la desmesurada dávida a sus adeptos. El gobierno español pretende ser aconfesional cuando no lo es. Pretende usar la sonrisa cuando esconde un zarpazo y pretende ser amoral cuando es inmoral. Quizás la única solución para que la opinión sea unilateral al modo "prisero" es que Polanco compre a la mitad de España y a la Iglesia con todos sus valores cristianos, pero creo que lo va a tener difícil.

martes, 25 de octubre de 2005

La libertad de los pequeños detalles

Hoy, un profesor de religión se ha atrevido a colocar en el tablón de anuncios de la sala de profesores de su centro un cartel hablando de la precaria situación de este colectivo de trabajadores.Aunque sólo era un folio, primero lo intentó poner en la parte reservada a Varios, atestada de carteles en favor de la estabilidad de los interinos y carteles de los diferentes sindicatos de profesores, pero no había espacio. Luego, repasando pensó que no debía colocar tal información en los espacios reservados a Jefatura de Estudios, Departamentos, Documentación ni Cursos. Al fin decidió estamparlo en un lugar llamado "información". Hay que añadir que la situación de este profesor en su centro es más que precaria, tanto laboralemente como por el trato recibido de muchos de sus compañeros de profesión, con lo que le costó, no es para menos, informar gráficamente a sus iguales.

Al final del día, y recogiendo sus cosas tras una exhausta jornada de trabajo con alumnos de la ESO, se encuentra que su información ha sido literalmente tapada con un librillo sobre la normativa de bajas de los funcionarios docentes y que llevaba dos semanas rondando por la mesa de la sala de profesores. ¿Dónde está la libertad de enseñanza? ¿Dónde la solidaridad con los compañeros de trabajo? ¿Dónde la igualdad? De todos es conocida la labor del profesor en este centro, pero hasta en la educación la libertad es patrimonio de unos pocos.

(Publicado en ABC de Sevilla y en Diario de Sevilla, sección de cartas al director. 27/10/05)

lunes, 24 de octubre de 2005

España, otro país

Tras conocer las últimas malas del 11-M, la querencia de la policía como confidente de uno de los terroristas del atentado tres días antes del mismo,resulta, como menos, sorprendete. Ahora nos enteramos que una fundación, de la que son miembros Felipe González y Cebrían, va a celebrar unas jornadas sobre la alianza de civilizaciones, la del himno de "había una vez un circo" de los payasos de la tele, y que una de las conferencias está a cargo de un militante de Al-quaeda, o, al menos, supuesto. Lo cierto es que este señor que, se le conoce por la dirección de células de la misma organización, tiene prohibido el acceso a Estados Unidos y Francia, es decir, que si pone el pie en algún aeropuerto de estos países será encarcelado de inmediato. La directora de la fundación ha manifestado que hay que abrir las puertas a todas las opciones y que en la alianza caben todas las manifestaciones culturales, sociales y religiosas. Pero, no podrán decir que es un complot de la derecha, y menos de la izquierda viendo qué países prohiben la entrada a este señor, porque seguro que aliados no están, o es que a los españoles se nos ha informado de otra cosa. Lo cierto es que Francia y Estados Unidos han vetado la entrada en sus territorios a una persona que en breves días leerá una conferencia sobre la alianza de civiliaciones en España, por algo será.

domingo, 23 de octubre de 2005

La película del gobierno


Ya no resulta extraño comprobar cómo los medios de comunicación manejan magistrable y vilmente la opinión de los ciudadanos. En un país donde se alardea de la libertad y de todas las libertades se nos antoja inaudita la condena mediática de la opción de una persona que no comparte los presupuestos políticos del gobierno y de muchos españoles. El afán por levantar ampollas del pasado y dividir al pueblo español, por meter el dedo en la llaga, queda manifiesto en la persona de Francisco Echevarría, socio de la Fundación Francisco Franco, al cual se le ha obligado a dimitir de su puesto en la directiva del F.C. Barcelona. La cosa no sería tan escandalosa si no se le hubiera otorgado a Carillo el honoris causa, precisamente el defensor de las libertades, pero sólo de los que pensaban y piensan como él, supongo. Exactamente lo mismo que ocurre con el actual ejecutivo.

De nuevo se ha demostrado que la parcialidad absoluta del gobierno favorece sus intereses, creando más que dudas sobre su legitimidad como gobierno de todos los españoles. Pero esto es sólo una gota más en el vaso de los despropósitos. Apoyo al mundo islámico, apoyo a los homosexuales, favorecimiento a los inmigrantes ante los derechos de los ciudadanos, apoyo a los no fumandores, ventajas fiscales para unos pocos, y los tejemanejes contra todos aquellos que no comulgan con su credo. Bueno, ¿qué se puede decir de un gobierno cuyo talante es el diálogo y al que se le presentan doce millones de firmas como protesta ante el defalco de las clases de religión sin siquiera recibirlas? Al igual que izquierda unida, que ante el requerimiento de diálogo por parte de la asociación de profesores de religión (Apprece), se niega en rotundo. Para que después salga el tal Llamazares acusando al partido popular de falta de diálogo. ¿A quién pretenden engañar?

Si la labor de Carrillo en la Transición fue fundamental, ¿dónde están los reconocimientos a Fraga y a todos los padres de la Constitución Española? Lo único que hay que hacer para evitar el aborregamiento es estudiar la historia reciente de España, miren qué sencillo, pero es más fácil escucharla de unas voces fiables con sonrisa de fresa, ¡qué bonitas son las películas históricas!

La película de la izquierda


Ya no resulta extraño comprobar cómo los medios de comunicación manejan magistrable y vilmente la opinión de los ciudadanos. En un país donde se alardea de la libertad y de todas las libertades se nos antoja inaudita la condena mediática de la opción de una persona que no comparte los presupuestos políticos del gobierno y de muchos españoles. El afán por levantar ampollas del pasado y dividir al pueblo español, por meter el dedo en la llaga, queda manifiesto en la persona de Francisco Echevarría, socio de la Fundación Francisco Franco, al cual se le ha obligado a dimitir de su puesto en la directiva del F.C. Barcelona. La cosa no sería tan escandalosa si no se le hubiera otorgado a Carillo el honoris causa, precisamente el defensor de las libertades, pero sólo de los que pensaban y piensan como él, supongo. Exactamente lo mismo que ocurre con el actual ejecutivo.

De nuevo se ha demostrado que la parcialidad absoluta del gobierno favorece sus intereses, creando más que dudas sobre su legitimidad como gobierno de todos los españoles. Pero esto es sólo una gota más en el vaso de los despropósitos. Apoyo al mundo islámico, apoyo a los homosexuales, favorecimiento a los inmigrantes ante los derechos de los ciudadanos, apoyo a los no fumandores, ventajas fiscales para unos pocos, y los tejemanejes contra todos aquellos que no comulgan con su credo. Bueno, ¿qué se puede decir de un gobierno cuyo talante es el diálogo y al que se le presentan doce millones de firmas como protesta ante el defalco de las clases de religión sin siquiera recibirlas? Al igual que izquierda unida, que ante el requerimiento de diálogo por parte de la asociación de profesores de religión (Apprece), se niega en rotundo. Para que después salga el tal Llamazares acusando al partido popular de falta de diálogo. ¿A quién pretenden engañar?

Si la labor de Carrillo en la Transición fue fundamental, ¿dónde están los reconocimientos a Fraga y a todos los padres de la Constitución Española? Lo único que hay que hacer para evitar todo este entresijo de los reconocimientos es estudiar y releer la historia reciente de España, miren qué sencillo, pero claro, es más fácil escucharla de una voz fiable y con la risa de fresa. ¡Qué bonitas son las películas históricas!

viernes, 21 de octubre de 2005

La patraña de la LOE


"Si tiene algo que denunciar, váyase a su obispo porque usted ya no es profesor de este centro". Ésta es una frase que podrá decir cualquiera al profesor de religión cuando el proyecto de ley de enseñanza se ponga a dar golpes a partir del curso que viene. Aunque el Tribunal Supremo haya creado jurisprudencia con respecto a la situación laboral del docente de religión, la LOE obvia las sentencias y se pasa el estatuto jurídico de los trabajadores por el forro. Desde ese instante, los centros cederán un lugar de trabajo y el profesor trabajará por cuenta ajena en el cuchitril designado a tal efecto, de modo que, el profesor dejará de ser profesor para convertirse en un payasete de la educación.

Por si fuera poco, el pago de su salario, que lo ha trabajado y bien, será delegado hacia el obispado correspondiente, con lo que me temo, que en la mayoría de los meses se dará una casual falta de presupuestos y estos trabajadores comerán de lo que les dicte su cartera. Las demandas de los padres para contratar a los docentes necesarios serán tergiversadas y de un 81% de los padres que eligen la religión para sus hijos en España se pasará al 10% de la comunidad autónoma de CataluÑa, que lo ha logrado tras convertir a la religión en una optativa que tenía que vérsalas con asignaturas con un título más que atractivo.

El Estado se ha convertido en legitimador de todas las acciones a través de los votos. Sólo los votos dan derecho a realizar cualquier acción, por inconstitucional que sea. En este caso la libertad de enseñanza está en tesitura. El Estado no obstenta el derecho, sino los individuos y en ningún caso, puede hacer que los individuos no lleven a cabo sus derechos (subsidiariedad).

La educación no es un servicio público como manifiesta la LOE y se cree el gobierno, sino un derecho de los alumnos, y no puede obligar a un alumno a que se eduque como el Estado quiere, sólo como quieran los padres, en los cuales recae el derecho constitucional. ¿Les suena esto de que el Estado tiene todos los derechos frente al individuo? A mí, personalmente, sí.

En el anteproyecto de ley se decía que la religión formaba parte esencial de la formación integral del alumno. En el proyecto de ley subsiguiente ya no se dice esto, sino sólo que la religión en la enseñanza pública será tenida en cuenta por el acuerdo entre el Estado y la Santa Sede. Me da a mí que si no existiera tal acuerdo, y muchos así lo querrían, no habría religión, porque parece que ya no contribuye ya esencialmente a descubrir las raíces de nuestra cultura, sino que más bien deforma la educación de nuestros vástagos.

Por otro lado, se instaurará la asignatura de "Educación para la Ciudadanía", obligatoria para los centros y obligatoria para todos los alumnos. Si se estudian un poco sus contenidos se comprobará rápidamente que supone un sustitutivo de la religión, porque éstos son pseudorreligiosos y morales, pero desde una perspectiva no laica, sino laicista. Ya se pueden imaginar tales contenidos.

En definitiva, se sigue el plan diseñado en 1990 por la LOGSE, pero la libertad de enseñanza queda aún más coartada y los padres, los profesores y los alumnos hablan menos que antes. Seguiremos, pues, la patraña de una ley que poco tiene que ver con la educación. No a la LOE.

No saben lo que dicen

El video del doverman marcó un hito dentro de la historia reciente de nuestra democracia y como les fue bien a ciertos señores, no han dudado en fabricar, o crear, un nuevo video donde aparecen imágenes del 11-S y del 11M, salpicadas con pizcas de las declaraciones de los dirigentes del PP en los días posteriores al atentado de Madrid. El tal Rubalcaba no tiene otro argumento que el de acusar al dicho PP de intención de enfrentamiento en todo momento y Zpeitor, por su parte, no hace más que llamar a la oposición "catastrofista". Cuando le preguntaban en el parlamento, callaba, sí callaba, como si fuera el mesías de la confederación de federaciones federadas de las naciones de Hispania, tierra de conejos, es decir, la antigua España. Guardaba silencio como si su sentido fuera omnisciente y supiera el glamuroso futuro de este Estado, al estilo Rappel, pero con más caché. Parece que su "rojura" le otorga un plus de sabiduría frente a los catetos que protestan, "pobrecillos, no saben lo que dicen", pensará el tal Zpeitor. Claro, viendo los resultados de la ESO, hija de la LOGSE y su nueva creación, la LOE, es normal que lo piense.

miércoles, 19 de octubre de 2005

¿Hasta cuándo?

La novedad, dicen, es uno de los rasgos fundamentales para garantizar el éxito de cualquier empresa, y no se podía esperar menos de nuestro queridísimo presidente, simpre tan apuesto, simpre tan dispuesto, siempre tan genial. Ahora, se nos ha confesado en la revista Marie Claire, siempre buscando nombres que no tienen nada que ver con el español, por ejemplo, zero, que es con "c" de constitución. Ha tenido que decirlo, sí, porque el pobre ya no se aguantaba más. Él es rojo, rojo de solemnidad, como si quisiera decantarse por el talantito de la unidad. Será la unidad de los rojos, como él los llama, porque yo tenía entendido que éramos todos iguales, pero ahora lo sé, menos mal, que están los rojos y los demás. Por si no fuera bastante con alimentar sentimientos y veleidades que parecían olvidadas, se declara feminista. ¿Qué quiere decir que no es machista?, pues vaya confesión, pero está bien que lo diga. Así nos quedamos más tranquilos.

Pero, en el fondo, lo que quería manifestar, porque siempre manifiesta con verdad, era su condición de persona, su ideal de pueblo llano, la utopía de su vida, a saber, que todos sean felices y de ahí su personalísima idea de la alianza de civilizaciones. Hay que entenderlo, es un ser utópico, como el resto de mortales que desean la felicidad de la tierra, porque, cómo no, todos somos iguales en este mundo, en esta tierra de las oportunidades, en este mar de sensaciones con talente de fresa, en esta España desmembrada del "porque yo lo valgo".

La famosa frase de Salustio en las Catilinarias viene al dedillo, porque la historia se repite, para expresar qué siente, qué desea, qué espera un pueblo de su gobernate, y en boca de Cicerón, Quousque tandem, Catilina, abutere patientia nostra?..., o lo que es ¿Hasta cuándo, Sr. Rodríguez, vas a abusar de nuestra paciencia? ¿Por cuánto tiempo se burlará de nosotros este furor tuyo?¿dónde estará el final de tu audacia desenfrenada?

El manjar más exquisito


Es una pena observar cómo las aulas y las horas de religión van quedando año tras año más vacías, yermas, diría yo, ante el descrédito del que es objeto la asignatura, el profesor y los alumnos que aún osan blandir su voluntad hacia ella. El peligro que supone la clase de religión para el mantenimiento del sistema queda patente en su repulsa, precisamente, porque saben que no son catequesis, que son una especie de adoctrinamiento trasnochado, porque saben que la clase de religión responde a una necesidad de la educación integral, no sólo en valores, sino que tiene en cuenta la totalidad de la persona en su realidad, que no niega el interés individual en pro del colectivo, independientemente de la creencia que se posea. En una clase de religión caben creyentes y no creyentes, todos, no sólo los elegidos... y la unión, a veces, se muestra peligrosa para los que pretenden dividir.

El valor de la clase de religión no consiste en la adquisición de unos contenidos, una nota, una adecuación de la capacidad mental y lógica, sino que depende del crecimiento de la persona en su conjunto. Supone un instrumento que abre los ojos y educa el corazón, tan oscuro en los tiempos que nos ha tocado vivir, y el que les ha tocado vivir a los jóvenes, y cuyo objetivo fundamental es que estos jóvenes sean ellos mismos y que expriman todas las posibilidades que poseen como personas dentro de su entorno cultural y social, que sean capaces de vivir y de que sus vidas no sean manejadas.

Pero nada, los zapadores de lo público siguen manejando el cotarro a su antojo y purgando la clase de religión de su perfecto sistema educativo de librepensadores, porque ya saben, sobre gustos no hay nada escrito, aunque el desencanto de la educación y su sabor amargo siga expandiéndose por toda la masa social, por cada nueva generación, y crean tomar el manjar más exquisito.

lunes, 17 de octubre de 2005

La mueca incierta

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No puedo menos que sentir estupor al leer la comunicación del diario El Mundo sobre las últimas investigaciones del 11-M, la implicación de algunos altos mandos de la Benemérita, el seguimiento de los espías del CNI a los perpetradores del atentado, el previo conocimiento de algunos políticos sobre los movimientos de los terroristas, la ocultación de pruebas y de cintas, de documentos y testimonios, el suspuesto suicidio de los terroristas en Leganés, el cerrojazo de la comisión de investigación por parte del gobierno, la rápida sentencia de la jueza y la negación de las nuevas pruebas... ya 192 personas no sabrán la verdad, pero todos los demás la exigimos.

"No nos merecemos un gobierno que miente". ¿Les suena esta frase de algo? A muchos españoles sí, la que deberían de gritar todos porque el gobierno miente. Igual que miente con el helicóptero que cayó por una ráfaga de aire y ha ordenado silencio a los que fueron testigos del suceso. Miente en cuanto a las relaciones con Venezuela y a su amigo dictador (que posee una de las mayores fortunas personales de Iberoamérica).

¿Por qué el pastel se está descubriendo por medio de un grupo de periodistas y NO por las investigaciones oficiles del gobierno? ¿Por qué ahora no salen los Bardem a hacer su pantomima de la paz?

Decía alguien que la sonrisa es el recurso del ignorante, y lo malo no es que el presidente del ejecutivo (el representante de todos los españoles) sonría con una mueca incierta, sino que el común de los mortales votantes siguen riendo o riéndose de la otra mitad de España sin ver lo incapaz de un gobierno que sólo le queda mentir. Menos mal que se coge antes a un mentiroso que a un cojo, pero éste es campeón de marathon.

sábado, 15 de octubre de 2005

Los profesores...de religión


Salta a la vista que los trabajadores de este país no están contentos con la actual política laboral de Zpeitor y sus secuaces, pero si hay un colectivo especialmente marginado y vilipendiado es el de los profesores de religión de la enseñanza pública. Por no ser, dentro del marco legal, no son considerados ni profesores. Su estatuto laboral se define en el mejor de los casos como "trabajadores en una situación extraña", aunque en los contratos conste como laboral docente, pero para la administración pública, estos profesores son personal laboral, mientras que para los encargados del personal laboral son profesores... ¿en qué quedamos?

Que yo sepa, por otro lado, estos trabajadores que están en sus centros desde el uno de septiembre, aún, no sólo no han firmado sus contratos (si les pasa algo nadie responde por ellos ya que legalmente no están trabajando), sino que llevan dos meses sin recibir su sueldo y puede que la situación llegue hasta final de noviembre, es decir, ESTARÁN TRES MESES SIN COBRAR, y ya me dirán cómo se puede llevar para adelante una familia en la cual no entra ni un duro durante ese tiempo, porque la luz, el agua, el gas, la comunidad, el teléfono, la hipoteca (también tienen derecho a tener su casa), el coche, la gasolina, los niños, los libros... siguen llegando. Claro, pero el delegado provincial de educación no tiempo para firmar estos contratos y darles salida, ¿qué pasaría si estuviera el tal delegado tres meses sin cobrar? Sólo es una pregunta.

A pesar de esto, que ya hacen maravillas para subsistir y lo tienen más que asumido, hay que hacer frente a las continuas descalificaciones por parte de la administración pública cuando se trata de reconocer los méritos de los profesores de religión. Por ejemplo, si alguno osa presentarse a la oposiciones para cualquier especialidad, sus años de docencia, sean los que sean, no son reconocidos como tales porque, según dicen, la religión no es un área mínima admitida dentro del currículo, y se preguntarán ¿qué han estado entonces haciendo esos profesores durante sus años de docencia? Para la administración la respuesta es sencilla, NADA. Total, que cualquier profesor al que se le ha dado una hora de alternativa a la religión porque le faltaban horas para completar su horario y lo único que hace es dejar que esos alumnos hagan literalmente lo que les dé la gana, se le reconocen sus horas de docencia, mientras que a los de religión, NO. Pues hay que joderse, perdón por lo de hay que.

Si algún profesor de religión solicita la exención del CAP (título necesario para dar clases en la escuela pública consistente en una fase de aprendizaje pedagógico y psicológico y otra fase de prácticas) porque se quiere presentar a las tales oposiciones, no se le otorga por la simple razón de que sus clases no son tales ¿entonces qué son? La administración se agarra a una ley en la que no está estipulada esta negativa, pero, en cambio, después de muchos años de docencia, de trabajar con adolescentes dentro y fuera de un aula, de programar seriamente los cursos, después de realizar cientos de horas de formación permanente, a los profesores de religión se les exige que aprendan a dar clases dando prácticas fuera de su horario de trabajo, a estudiar el perfil psicológico de los alumnos y a empaparse de los criterios pedagógicos que se han de tener en cuenta en las clases... y encima tener que pagar una pasta por ello sin haber cobrado aún. Pues hay que joderse.

La pregunta es, ¿por qué en algunas comunidades autónomas se conceden estos derechos y otras no, por ejemplo Andalucía, si la ley es la misma para todo el territorio nacional? Piensen ustedes. Independientemente de que uno esté de acuerdo o no con las clases de religión en la enseñanza pública, no se puede negar el derecho de unos trabajadores a ser tratados como tales, y a reconocer sus méritos. Incluso, en el debate de la LOE propuesta por el PSOE, se realizó una consulta pública que decía: "¿Cree usted que los profesores de religión deberían de estar dentro del estatuto de los trabajadores?" Si este estatuto es el que regula cualquier trabajo en España, entonces la duda consistía en ver si el profesor de religión era trabajador o no, y si se responde que no... no quiero ni pensarlo.

Y ¿por qué un profesor de religión quiere presentarse a las oposiciones? Primero, porque es titulado, diplomado o licenciado, como cualquier profesor. Segundo, porque, a pesar de realizar una labor insustituible en los centros, a mi entender, han de luchar por el futuro de sus familias y por su estabilidad laboral. Tercero, porque ninguna entidad superior da la cara por ellos, al contrario, se les exige continuamente aquello que ya no pueden dar, ya sea laboralmente, ya moralmente.

En definitiva, son diecisietemil profesores en España los que se encuentran en esta situación, a punto de ser mandados al ... garete. Quizas, la única solución que les quede sea salir a la calle encapuchados, quemar contenedores y neumáticos y tirales tornillos con tirachinas a las fuerzas del orden público, a lo mejor hasta se les escucharía, y, por supuesto, saldrían en las noticias.

jueves, 13 de octubre de 2005

Un asunto de reyes


Como si estuviéramos en la Edad Media, las cuestiones entre reinos se gestan entre los propios reyes. Nada notorio si no fuera porque estamos en el siglo XXI y porque el ejecutivo español volvió a emitir una información más que dudosa, ya que ni se ratificará el acuerdo de 1992 sobre la inmigración con el reino del sur, ni continuarán las repatriaciones legales, ni que los más de medio centenar de inmigrantes que saltaron la alambrada de Melilla fueron devueltos amistosamente, sino tras tres llamadas del rey don Juan Carlos al rey de Marruecos, no bastaba con una, mientras que el gobierno de todos los españoles se llevaba los honores de los medios y de algunos más.

Mohamed VI ha hablado y ha descubierto el pastel de la inmigración, menos mal. Así, por lo menos, nuestros adolescentes conocerán de primera mano cómo se las gastaban los nobles en la Edad Media sin tener que coger un libro, aunque no sabrán porqué llaman fascistas a los que defienden su libertad en la calle. Para eso tendrán que seguir estudiando.

miércoles, 12 de octubre de 2005

Las heridas del subsahariano

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Veo la pasarela Gaudí, la Cibeles, el trauma de los adolescentes porque les duele la espalda con su carga de libros escolares... como no pude quedarme leyendo la prensa escrita, observo las noticias de la televisión, los noticiarios, por llamarlos de algún modo, incluidas las heridas de aquel subsahariano que saltó anoche la alambrada de Melilla, su rostro altivo tras la hazaña, las manos ensangrentadas semejantes a las heridas de guerra de los héroes... es malo para nosotros, pero qué decimos de él con sus heridas curadas por algunos vecinos de la localidad con buen corazón. Nuestro país es presa fácil de la demagogia causada por una desinformación televisiva inaudita y el favorecimiento de un noticiario demagógico que no es capaz (no le interesa) de analizar las consecuencias y causas reales de los acontecimientos, sólo aquello que ensalza y enardece los vanos sentimientos olvidados en la siguiente noticia del diamante más caro del mundo. Las heridas del subsahariano ocultan tras de sí las consecuencias sanitarias para nuestro país que no puede aguantar tal envite de personas, las consecuencias sociales que supone la masiva llegada de inmigrantes, las promesas de unos mandatarios que dicen expulsar y mandan a estas personas al rincón de España que elijan con el dinero de los españoles, las infraestructuras, también pagadas por los españoles, para mantener en cuarentena a todos los que llegan ILEGALMENTE, las consecuencias laborales, las consecuencias de un choque de culturas que necesita una educación específica y que no se soluciona con la creación de polideportivos en todos los barrios de nuestro país. Y me pregunto ¿qué ocultarán las sandeces de los noticiarios mientras España se viene abajo? ¿qué ocultarán las ristras de derechos de unos ciudadanos frente al de los demás? ¿Atontar? Juzguen ustedes.

El hoy de la educación (¿integral?)

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Cuando algún sábado por la tarde vemos alguna película de esas de colegios y de alumnos indómitos y descarados con un profesor que al principio va de idealista y que al final se gana la confianza y el amor de sus pupilos, y hasta les salva la vida, nos ponemos a pensar en la belleza y la satisfacción de la enseñanza, y en lo bonito que sería poder dar clase en alguno de estos centros olvidados de la mano de Dios y de la Administración. La escuela, hoy por hoy, nada tiene que ver con esas películas de "qué bonito es enseñar".

Aunque las ocho leyes de educación promulgadas en veinte años sean perfectas en el papel, persigan la educación integral del alumno, le capaciten para la inserción segura en el mundo laboral, procuren la madurez ética, la concienciación de ciudadanía responsable y la aceptación respetuosa de otras culturas, razas y religiones, lo cierto es que los resultados al final de la etapa de secundaria (donde se forma la personalidad del alumno) no tienen nada que ver con lo que pretenden dichas leyes y sus creadores, y los que nos la meten a todos los demás entre pecho y espalda.

¿Qué decir de una escuela donde se premia a los que no estudian pasándolos de curso sin haber abierto un libro? Un chico o chica pueden llegar a cuarto de ESO sin haber aprobado una asignatura porque no se puede repetir dos veces el mismo curso. Pero esto es lo de menos.

Hablar de valores forma parte del pasado, hablar de conciencia ética pertenece a los libros, el respeto por los demás pertenece al olvido, los profesores pertenecen a la clase de personas que no merecen ni la pena echar cuenta, y no hablemos de los derechos, sobre todo, de los alumnos, que los tienen todos porque ellos lo valen.

La escuela actual crea seres sin escrúpulos acreedores de un egoísmo feroz que sólo tiene en cuenta sus propios intereses, unos ciudadanos que no saben que conviven con más personas, jóvenes que se creen con todos los derechos pero que están incapacitados para comprender los derechos de sus semejantes, personas débiles en un mundo de competición y que sueñan con modelos de vida que jamás podrán alcanzar para caer en una frustración fácil de controlar... ¡Oh, That´s the question! Fácil de controlar, en definitiva, personas a las que durante su juventud y su formación se les ha incapacitado para saber ver, observar, juzgar y actuar.

Parece que estamos hablando de Un mundo feliz, y no de las personas íntegras y formadas que pretenden nuestras leyes, y de las que salen en las películas de colegios marginales y de profesores estupendos. Y la cultura del "porque yo lo valgo" no nos otorga ni el beneficio de la duda ante las generaciones que nos seguirán y a las que, en el fondo, tanto queremos.