miércoles, 22 de marzo de 2006

ETA no dialoga, mata

La noticia del "alto el fuego permanente" por parte de la banda terrorista ETA mediante comunicado público, ha provocado, en primera instancia, una alegría social y política coherente con el sufrimiento que lleva soportado este país y las miles de víctimas de los verdugos etarras.

Incluso, el optimismo inusitado que ha mostrado el Gobierno y sus socios queda mediáticamente justificado por este sentimiento de esperanza ante la posibilidad del fin de la violencia y la disolución de la banda. De ahí, que las voces discordantes ante tanta efusión de felicidad queden automáticamente desacreditadas por la opinión pública. Y este tirón lo saben aprovechar muy bien los especialistas de la mentira y la confusión.

Las profecías de Zapatero ante el fin de ETA y la cercanía del comunicado de la tregua no hace menos que mostrar que aquí puede haber gato encerrado, porque, los asesinos no dialogan y ni están dispuestos a cuestionar su autodeterminación.

Así, por mucho que la banda quiera dialogar, cosa que dudaré siempre, no se debe permitir que se haga borrón y cuenta nueva, y que las conversaciones, si las hay, comiencen de cero. Los que crean que éste es el camino para la paz, que echen mano de la hemeroteca y de la videoteca, y observen con atención las imágenes de los atentados de los asesinos y los cuerpos de sus víctimas, sus rostros y las historias que han dejado atrás.

Las reivindicaciones de siempre por parte de ETA no han cesado en este comunicado y por mucho que los medios de comunicación y los políticos se empeñen en leer entre líneas, lo que está claro es que, de nuevo, pretender hablar de tú a tú con los terroristas es una locura en toda regla que no se debe permitir.

La mano de Zapatero y el pacto de Perpiñán dejan caer su sombra sobre este comunicado coincidente con la aprobación de la nación catalana, un paso más hacia la deseada federación de naciones españolas soñada por el creador de la alianza de civilizaciones. Pero, ¿qué precio estaremos pagando todos los españoles para que ETA dé este paso?

De nuevo, el peligro del afán glorioso del como sea hipoteca la dignidad de toda una nación, la española y nos hacen creer que los asesinos, ahora, quieren dialogar como si no hubiera pasado nada después de cuarenta años de terror. Como tampoco se puede olvidar el ninguneo de las víctimas durante los dos años de legislatura del gobierno socialista y la política judicial favorecedora de los presos etarras más sanguinarios.

No nos debe cegar el deseo de paz, porque los asesinos no dialogan, sólo hablan con las armas en las nucas y con las muertes de los inocentes, ora adultos, ora niños, da igual. Todo en aras de la tan infanda ya autodeterminación. Ahora nos harán el paripé del permiso del Parlamento para dialogar con ETA, y todo después de cuatro años de conversaciones, sino ¿por qué está Zapatero en el Gobierno?

La sociedad española herida de muerte

Dicen que uno de los rasgos de la sociedad occidenteal contemporánea es la autoconciencia de su propia valía y dignidad frente a las opresiones políticas e ideológicas. Si se aplicara esta máxima a la sociedad española supondría la excepción que confirma la regla y la corroboración de que la democracia no es una nota que defina ni a los habitantes ni a las instituciones de esta insigne, pero agonizante España.

Las grandes dictaduras españolas instauradas tras el periodo de la Transición no han hecho más que abocar a esta nación hacia la "des-conciencia" de sí misma y a la creación -ex nihilo- de una especie de edén en el que todos creen poseer la verdad y ser dueños del árbol de la pecunia pública.

La imparable desconfianza de la sociedad en los poderes públicos se traduce, sorprendentemente, en un apoyo tácito a estos mismos poderes, que endulzan el lenguaje de su propio ejercicio y silencian el robo de los derechos y de la dignidad de los ciudadanos como tales.

Herida de muerte está la sociedad española, porque la desconfianza no liga con el conformismo, sino cuando la neurosis ya no tiene remedio. Pocos hablan, pocos protestan, pocos critican, pocos alzan la voz y muchos conceden el beneplácito propio de los iletrados que se dejan guiar por la engañifa del eufemismo victimista de los dirigentes. Porque la contudencia de las palabras dichas como reacción a una ofensa siempre hacen mella en el sentir popular que no critica, sino que aplaude.

Si el conformismo y la aceptación popular a modo del "no sabe no contesta, pero me parece bien" es una triste realidad se debe a que, o se es cómplice o víctima egoísta de la irresponsabilidad civil -véase LOGSE y LOE-.

La autoconciencia de la propia dignidad se ha transformado, como una nueva especie, en la preocupación de mantener el propio cotarro y en la creencia de que todo se sabe y, lo que se sabe, es suficiente, como aquello de las cuatro reglas. Los expertos en la vida, que son los españoles, han borrado de su inconformismo innato las reglas de los derechos y las han sustituido por la soportabilidad de lo insoportable y la comunión con las ruedas de molino de las dictaduras autonómicas de España y la permisividad remunerada del Gobierno y sus amiguetes.

La sociedad española ha sido anulada por completo. Y esta espiral será difícil de parar. ¿Qué pasará si el enfermo no se queja más?

lunes, 13 de marzo de 2006

Un poco de la gran mentira

Las investigaciones del diario EL Mundo están mostrando lo que ya se intuía y lo que este país del Lazarillo de Tormes sospechaba con su sutileza innata. Todos han mentido y todos han usado a las víctimas y su sufrimiento para sacar una tajada que, demostrada, merecía la pena.

Todos mintieron a los jueces, políticos, polícias, agentes del CNI y todo aquel que fuera interrogado con relación a la autoría o las intenciones de los atentados del 11-M. Y lo único que se le viene a uno es una tremenda sensación de asco y de estar viviendo en la boca del lobo. Una boca que ningún responsable desea abrir para que la verdad sea la aliada, por una vez, de los más desfavorecidos.

¿Será esto lo que nos merecemos? o por el contrario, ¿hemos de derrocar, digo, derrocar la dictadura de las buenas maneras y del talante por una sociedad más seria pero más cierta? Ya se verá.

domingo, 5 de marzo de 2006

Educación para la ciudadanía, aborregada

"Educación para la ciudadanía", dicen. ¿Con qué autoridad se usa ese "PARA" del título de la asignatura? Por lo que se ve, en el "ministerio de perjudicación" han corroborado que la ciudadanía necesita ser educada sin tapujos. Porque, si una cosa está clara, es que lo que se debe de enseñar es a ser una persona cosmopolita y despreocupada por las cosas últimas, vivir al día y darle un nuevo nombre a las cosas que siempre han sido como han sido.


"Educación para la ciudadanía", pretende la tan delicada y loable hazaña de desarrollar las capacidades afectivas y la relación con los demás, como si la escuela fuera el ámbito donde aquello de las pandillas de toda la vida y los novietes y amiguillas, tomara su lugar desbancando a la casa de uno o a la propia calle. Ahora los niños no tendrán que salir a desarrollarse afectivamente ni con los amigos ni con los padres, porque ya lo harán en la escuela desde los tres añitos de modo sistemático y, sobre todo, verdadero y correcto. Eso sí que es educar.

Pero la cosa no queda ahí, dichas capacidades afectivas han de favorecer la convivencia y las relaciones sociales, de modo que, se adquieran también, habilidades para la resolución de conflictos. Pero, ¿en qué tipos de conflicto habrán pensado? Puede ser en el conflicto armado, o en el conflicto educativo (¿estudio o insulto al profesor?), o en el conflicto sexual, quizás (¿qué me gusta ser más hombre o mujer?).

Lo cierto y verdad es que "Educación para la ciudadanía" pretende, ante todo, fomentar actitudes contrarias a la violencia (aunque no a la violencia del adoctrinamiento ideológico desde los tres años), a los prejuicios y a los estereotipos sexistas, que no son otros que el hombre sea hombre y la mujer sea mujer. Decir hoy en España que el hombre ha de ser hombre es motivo de expediente, de falta y de reprobación, o como le quieran poner. Pero imagínense que a un niño o una niña de tres añitos se les va a educar en excelencia humana de que el hombre no tiene por qué sentirse hombre y la mujer no tiene porqué sentirse mujer (porque es lo más natural); y que lo más importante es seguir el designio de la propia sexualidad, más importante que la razón, las normas de convivencia, la formación de una personalidad madura y autodescubrimiento del pie con el que cada uno cojea.

La cruzada laicista ha tomado los despachos del ministerio y pretende hacernos creer que es lo correcto, sea políticamente o no, aunque no se dé ni consenso ni ninguna de las palabrejas que tanto gustan a la vanguardia mesopolítica de España (o del conjunto de naciones). ¿Dónde se encuentra el colectivo Anti-LOE para poner óbice a los excesos de estos indocumentados e intitulados? ¿Dónde la presencia de los agentes principales de la educación, a saber, los padres (perdón, progenitores)? ¿Dónde los verdaderos profesionales de la cosa educativa, a saber, los maestros y profesores?

Si los encargados de dar contenido a las directrices de este nuevo atentado contra la libertad y la educación son un grupo de ONG´S dirigidas y afines al pensamiento encarcelador de los socialistas y sus socios, entonces preparémonos para lo que se nos vendrá encima, un país de aborregados adolescentes y de incultos adultos interesados únicamente en cómo pagar con su sueldo el crédito que pidieron para ir a Marina d´Or o a cualquier otro redil estival. La ciudadanía necesita ser aborregada y el Gobierno mantenerse sempiternamente en el poder al exquisito modo de Castro o del Chaves andaluz. Antes era el Inserso, ahora los niños y niñas de tres años. Menos mal que aún no se han atrevido con la vida eterna, pero visto lo visto, poco les falta.