Los progres tienen una necesidad casi patológica, procurar por todos los medios abrir los ojos de la razón a los creyentes para que vean por fin cuán equivocados están, cuánta mentira ha guiado sus vidas, cuánta ilusión ha movido los despropósitos de su misión, cuánta hipocresía ha provocado veinte siglos de tácito dominio de la humanidad, cuán falsa ha sido siempre una sequela Christi que no ha hecho más que hacer perder vidas que podían haberse empleado en "mejores empresas". Los progres es lo que tienen, más interesados en solucionar los errores de los demás que los suyos propios, aunque se empecinen en que ellos nunca los cometen. Claro, están iluminados por la ciencia de su perfecta cosmología intramundana.
El arte les pertenece. Y uno de los métodos de dominio en los que se encuentran como pez en el agua es declarar palmariamente qué es y qué no es arte, quién es un artista y cuánto vale su trabajo, incluso, si se trata de representar a los personajes evangélicos en actitudes normalmente comunes a todos los progres en un ejercicio de proyección psicológica que canta por todos los flancos.
Cuando uno cualquiera llama arte a una masturbación, a una felación o a la representación de relaciones incestuosas, por algo será. Porque, el arte según John Dewey, procede de la experiencia, es experiencia y de ella saca su objeto, su materia y su producto. Hasta la vida personal del artista se ve implicada en el proceso de la creación de la obra de arte. ¿Cómo será la profunda vida artística del tal Antonio Montoya para expresar artísticamente aquello que vive en su interior? Podríamos hacer un boceto de su perfil psicológico desde su obra pero... nos lo vamos a ahorrar. Deo Gratias.
¿Y la Junta de Extremadura? Dicen que han publicado y subvencionado el book fotográfico con el dinero de todos los contribuyentes. Con dinero que no es de ellos y mucho del tal Antonio Montoya, y menos aún del Bellotari. ¡Ay pillines!, ¡ay ladrones!, ¡ay enfermos!.
----------------------------
Archivado en religión
0 comentarios:
Publicar un comentario