Irremediablemente el futuro de España está en manos de sus traidores. Mientras que el partido que gobierna se escapa de sus responsabilidades pidiendo la comparecencia de Aznar ante el tribunal de La Haya, Otegui es absuelto de sus delitos, precisamente, por pertenecer a ETA, por ser su voz en las democráticas mesas de partidos y por ser su sombra en cada bomba que estalla como signo de que España está inmersa en un proceso de paz que carece de marcha atrás.
Si el problema de Aznar fue situarse por encima de las recomendaciones de la ONU para no entrar en Irak derrocando una tiranía patente, también Zapatero debería de ser, por lo menos, revisado al no atender las obligaciones que establece la ONU sobre el Sáhara. Revisado y acusado de obrar en contra de los mandatos de las Naciones Unidas tocándole las palmas a Mohamed, no sé sabe a cambio de qué favores, y haciendo que todos los españoles paguemos el pato vaciándonos el bolsillo por el mismo gas argelino. Será que en esto consiste ese mirar al futuro que tanto pregonan los voceros socialistas. Será que el futuro supondrá obviar las masivas protestas de un pueblo harto de que le roben la dignidad para fomentar la costumbre de hacerse la foto en la puerta del Parlamento (de todos los españoles), protestando contra los que protestan y otorgando premios a punta pala a los cantamañanas que niegan con su testimonio aquello por lo que son premiados.
Y si Aznar ha de comparecer ante el tribunal de La Haya, ¿qué decir del verdadero artífice español de la Guerra del Golfo? ¿Y si el mirar al futuro de España en los ochos años del gobierno de Aznar hubiera sido estar recordando continuamente el Gal, Irak, la corrupción, los magazos? ¿Y si Aznar se hubiese dedicado a acusar al PSOE de pretender revivir la Guerra Civil para poder ganarla? Si todo esto se hubiera dado de facto, ¿dónde estaría ahora el futuro de España?
Un gobierno, el de Zapatero y su banda, que se niega a mantener un minuto de silencio por una víctima de ETA y clama al cielo por los crímenes en Irak cometidos por terroristas a los que quieren dejar vía libre para imponer una tiranía peor que la anterior, no merece ni un ápice más de confianza. Este gobierno ha perdido el crédito para gobernar porque ha demostrado con creces que se ha erigido como la mayor amenaza para el pueblo español, para España. Lo dicho, irremediablemente, el futuro de españa está en manos de sus traidores, aunque esperemos que no sea irremediable.
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Si el problema de Aznar fue situarse por encima de las recomendaciones de la ONU para no entrar en Irak derrocando una tiranía patente, también Zapatero debería de ser, por lo menos, revisado al no atender las obligaciones que establece la ONU sobre el Sáhara. Revisado y acusado de obrar en contra de los mandatos de las Naciones Unidas tocándole las palmas a Mohamed, no sé sabe a cambio de qué favores, y haciendo que todos los españoles paguemos el pato vaciándonos el bolsillo por el mismo gas argelino. Será que en esto consiste ese mirar al futuro que tanto pregonan los voceros socialistas. Será que el futuro supondrá obviar las masivas protestas de un pueblo harto de que le roben la dignidad para fomentar la costumbre de hacerse la foto en la puerta del Parlamento (de todos los españoles), protestando contra los que protestan y otorgando premios a punta pala a los cantamañanas que niegan con su testimonio aquello por lo que son premiados.
Y si Aznar ha de comparecer ante el tribunal de La Haya, ¿qué decir del verdadero artífice español de la Guerra del Golfo? ¿Y si el mirar al futuro de España en los ochos años del gobierno de Aznar hubiera sido estar recordando continuamente el Gal, Irak, la corrupción, los magazos? ¿Y si Aznar se hubiese dedicado a acusar al PSOE de pretender revivir la Guerra Civil para poder ganarla? Si todo esto se hubiera dado de facto, ¿dónde estaría ahora el futuro de España?
Un gobierno, el de Zapatero y su banda, que se niega a mantener un minuto de silencio por una víctima de ETA y clama al cielo por los crímenes en Irak cometidos por terroristas a los que quieren dejar vía libre para imponer una tiranía peor que la anterior, no merece ni un ápice más de confianza. Este gobierno ha perdido el crédito para gobernar porque ha demostrado con creces que se ha erigido como la mayor amenaza para el pueblo español, para España. Lo dicho, irremediablemente, el futuro de españa está en manos de sus traidores, aunque esperemos que no sea irremediable.
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