Parece que el personal está muy entusiasmado con las últimas decisiones de Mariano Rajoy, porque eso de incluir a Pizarro en las listas de Madrid y de dar la estocada a Gallardón hasta el punto de decidir el final de su carrera política, era lo que los votantes del PP estaban deseando.
Lo que demuestra esta decisión de Rajoy y la consiguiente reacción de los votantes del PP, unido al descrédito otorgado por los dirigentes del PSOE, son dos cosas principales. Una, que las opiniones de Federico Jiménez Losantos son muy tenidas en cuenta, incluso desde la cúpula del Partido Popular, no por pleitesía, creo, sino por su propio peso e importancia. Porque la aproximación de Gallardón a posturas centristas llegaba hasta el punto de "traicionar" algunos ideales del partido y acercarse peligrosamente a los postulados vacuos del PSOE, sobre todo, los que tenían que ver con las víctimas del terrorismo y con las políticas sociales.
Por otro lado, se demuestra que el PP, tirando de nuevas estrellas, no carentes de cualificación y experiencia, ejemplo claro el de Pizarro, deja de lado las nuevas caras. Deja de lado a las gentes que llevan trabajando en el partido muchos años, que han demostrado su calidad política en los corrillos de las convenciones, pero a los que nunca se les ha dado la oportunidad de demostrar públicamente su valía. Y es que, los equipos no trifuan sólo con las estrellas.
No se puede negar que al Partido Popular le hacía falta una decisión como la de Rajoy, sobre todo, por su importancia mediática y por el impacto que ha causado en el electorado que se sentía traicionado. Pero lo que no se puede negar es que pizarros, hay muchos dentro del PP -aunque no con su dinero-, y que gallardones los hay a montones y son, precisamente, los que controlan el partido en sus células más pequeñas y más cercanas a la base social. De ahí, la necesidad de una reforma interna más allá de las estocadas mediáticas y los fichajes estrella.
(Foto:EFE/José Huesca)
2 comentarios:
:)
No es de extrañar, esa es la política que han seguido durante lustros: despreciar a los que han trabajado por el partido desde siempre para contratar a estrellitas que a veces hacen que terminen estrellados.
Un saludo.
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