domingo, 11 de noviembre de 2007

El Rey hace de rey y Z hace de Z


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La política exterior del Gobierno de Zapatero nos ha llevado a España y a todos los españoles a una posición irrisoria en el panorama de las decisiones internacionales. No se trata aquí de pretender ser más que otros países o de intentar recuperar el esplendor del Imperio Español, sino de ocupar el lugar que le corresponde a España, por todos los factores que se quieran enumerar.

Lo cierto es que el espectáculo dado por el dictador (no se olvide) Chávez, gracias a las prebendas otorgadas a Venezuela desde hace cuatro años por parte de un dialogante Zapatero, ha provocado que el dictador se sienta fuerte para insultar a los españoles ante la presencia del Rey D. Juan Carlos. La reacción del Rey saltándose todo el protocolo de una cumbre internacional habla muy a las claras de cómo Zapatero ha llevado toda la política de las relaciones exteriores con los populismos iberoamericanos, de cómo su simpatía ante estos regímenes le ha jugado una mala pasada a él y a todos los españoles, y ha provocado que el Rey aparezca como un Jefe de Estado que no es capaz de dialogar y escuchar lo que otros "jefes" dicen.

La misma defensa que Zapatero hizo de Aznar cuando el dictador Chávez lo tildaba de fascista y de irrespetuoso, manifiesta que el Presidente de España quería quedar bien delante del Rey y, a la vez, de Chávez. La candidez de sus palabras contrastan con el tono de las de dictador, de ahí que el Rey hubiese de intervenir enérgicamente en defensa de los españoles y de España. Incluso, Zapatero dirigió un inapropiado "un momentín" al Rey cuando éste comienza a sentirse ofendido, en vez de exigir a la presidenta de la cumbre que hiciera callar a Chávez. Hay veces que el talante hay que dejarlo en casa para defender con uñas y dientes la historia de España y la dignidad de todos los españoles.

Por otro lado, pactado o no, el abandono de la sala por parte del Rey, según Moratinos, deja a Zapatero en el lugar que le corresponde. ¿Por qué no se levantaron todos los miembros de la delegación española como signo de protesta ante los insultos de los dirigentes iberoamericanos? ¿Qué quería demostrar Zapatero? ¿Tenemos que comulgar con los insultos para que España siga "cayendo" bien a los regímenes populistas?

Al final, para los españoles, el rey fue rey. Zapatero defendió pírricamente a un ex-presidente de España con más forma que fondo, llamando incidente a los insultos recibidos. Y para los iberoamericanos, Chávez se ha erigido en el defendor de los derechos de los más pobres frente al opresor capitalista que viene de España y de los Estados Unidos. ¿Para esto ha servido tanta defensa de los empresarios españoles en Venezuela, en Bolivia, en Nicaragua...?

El Rey increpa a Chávez


El Rey abandona la sala ante la pasividad de Zapatero

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