Eso de que a los jóvenes sólo les interesa el sexo y la diversión, es una más de las mentiras a las que nos tienen acostumbrados los medios de comunicación y ciertas instancias de la Administración Pública. Sólo hay que ver, con motivo del 20-N, lo que algunos de estos jóvenes españoles han liado.
Por un lado, los jóvenes de extrema izquierda protestan contra el fascismo mientras realizan un ejercicio de irracional ataque contra las fuerzas de seguridad, violando todas las leyes con respecto a las manifestaciones públicas y al comportamiento cívico.
Por otro lado, los jóvenes de extrema derecha, lucen sus banderas con el águila de san Juan mientras alzan la mano con un ¡arriba España! mal concebido y mal interpretado, al tiempo, que desafían cualquier ley futura que les impidiera manifestarse en pro de una época y de unos personajes que sólo conocen por hagiografías y por relatos parciales, que en todos lados se cuecen habas.
Otros jóvenes se dedican a quemar fotografías de los reyes en protesta por una invasión extranjera, que ni es invasión ni es extranjera. Éstos vuelven a violar las leyes de comportamiento cívico, mientras se tergiversa el significado de la libertad de expresión, de la que disfrutan, precisamente, por una Transición y una Constitución que ellos mismos no reconocen.
Otros, van más allá, y se dedican a quemar cajeros, autobuses y fachadas. Se dedican a pintar dianas con nombres de personas, semejantes a ellos, motivados por un sentimiento más propio de los esquizofrénicos que de ciudadanos cívicamente formados, libre pensadores y comprometidos con un futuro mejor.
Muchos otros, se dedican a la "estética histórica", maquillando mitos y pasados que no han conocido ni les interesa conocer en su profundidad, más atentos al insulto ajeno y al vociferio que a sus propios problemas, que no son pocos. Idos y desentendidos de toda realidad a la que les va a tocar, tarde o temprano, enfrentarse. Hijos de una falsa libertad que cada día les hace ser más esclavos de sus propios gustos, erigidos, éstos, como norma suprema de actuación en medio de la ciudadanía. Enfrascados en destacar aquello que distancia y diferencia de sus semejantes en vez de atreverse a descubrir todo lo que les une.
Ésta es nuestra educación. Ésta es nuetra Educación para la Ciudadanía. Éstos son diecisiete modelos educativos diferentes. Ésto es atención a las minorías sin respetar las mayorías. Ésta es la terapia del sálvese quien pueda. Éstos son los favores políticos a los nacionalistas y la tremenda y despiadada omisión institucional. Éstos son nuestros jóvenes. Éste es el futuro de España.
miércoles, 21 de noviembre de 2007
Los jóvenes españoles
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