Nadie puede negar que la tristemente neófita Ministra de Igualdad goza de un cierto halo de atracción en la población masculina que aún no ha conocido a su futura esposa. Halo inversamente proporcional al rechazo que, los casados y/o arrejuntados, sienten al comprobar que, por haber tenido la mala suerte de nacer con el signo de la virilidad allí donde hasta las patadas suelen doler un poco más, son tomados tan igualitariamente con ellas, siempre avictimadas, que hasta la misma falta se considera doblemente punible. Curioso concepto de igualdad parido por Bibiana en su no sé qué hacer con mi ministerio.
Y como la igualdad ha de ser efectiva de por sí, para eso ella es la ministra, los hombres, ellos, cuentan ya con un teléfono para que canalicen su agresividad antes de atentar contra su pareja. ¿No cuentan ellas con teléfonos oficiales para todas las vicisitudes femeninas? Pues también los hombres, ¡hombre! Qué para eso estamos en la sociedad de bienestar y la igualdad.
Pero, ¿se habrá preguntado Aído si los perjudicados por el lobby urbanístico montado en Alcalá de los Gazules (Cádiz), -y al que la ministra pertenece demostradamente dadas las causas judiciales pendientes-, son merecedores de un teléfono ministerial para que canalicen su agresividad a la hora de comprobar que les han estafado? Y puestos a montar teléfonos, la ministra se podría solidarizar con los transportistas, pescadores, agricultores, ganaderos y peones de albañil, de modo que, en vez de colapsar media España con sus pancartas y sus piquetes, le cuenten a una becaria los males que les va a reportar quedarse sin un puñetero duro, precisamente, porque el gobierno que les pone el teléfono, es el mismo que ha provocado que se conviertan en pobres de la noche al día.
¿Y por qué no facilitar un teléfono para los padres, miembros y miembras de familia, para que cuenten las penas sufridas al no poder comprar leche en el supermercado para sus hijos? Ah, lo olvidaba, eso de la crisis es una mentira más de la derecha.
Y como la igualdad ha de ser efectiva de por sí, para eso ella es la ministra, los hombres, ellos, cuentan ya con un teléfono para que canalicen su agresividad antes de atentar contra su pareja. ¿No cuentan ellas con teléfonos oficiales para todas las vicisitudes femeninas? Pues también los hombres, ¡hombre! Qué para eso estamos en la sociedad de bienestar y la igualdad.
Pero, ¿se habrá preguntado Aído si los perjudicados por el lobby urbanístico montado en Alcalá de los Gazules (Cádiz), -y al que la ministra pertenece demostradamente dadas las causas judiciales pendientes-, son merecedores de un teléfono ministerial para que canalicen su agresividad a la hora de comprobar que les han estafado? Y puestos a montar teléfonos, la ministra se podría solidarizar con los transportistas, pescadores, agricultores, ganaderos y peones de albañil, de modo que, en vez de colapsar media España con sus pancartas y sus piquetes, le cuenten a una becaria los males que les va a reportar quedarse sin un puñetero duro, precisamente, porque el gobierno que les pone el teléfono, es el mismo que ha provocado que se conviertan en pobres de la noche al día.
¿Y por qué no facilitar un teléfono para los padres, miembros y miembras de familia, para que cuenten las penas sufridas al no poder comprar leche en el supermercado para sus hijos? Ah, lo olvidaba, eso de la crisis es una mentira más de la derecha.
2 comentarios:
¿Así van a promover la igualdad, con leyes que discriminan el peso de la pena según quien lo cometa sea hombre o mujer, o con un lenguaje donde los elementos negativos solo hacen referencia al género masculino?
La pobre, muy mona, pero en cuanto abre la boca, lo estropea...
Esta es la forma con la que arregla todo el gobierno socialista: en vez de dar soluciones útiles, se inventa un ministerio y coloca en su jefatura a una inútil.
Un abrazo.
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