domingo, 5 de febrero de 2006

El Islam, "Víctima de Occidente"

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El mundo islámico se ha levantado en armas, con ira y arrogancia desmesurada, como si su poder hacer proveniera directamente del mismo Alá. La culpa de todo, dicen, la tiene Occidente y su falta de respeto hacia todo lo musulmán. Pues, que se lo digan a Zapatero y su invento de la Alianza de Civilizaciones. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?

El mundo musulmán anda pidiendo comprensión a base de atentados, mientras que en las grandes ciudades españolas forman guetos en los que es casi imposible poner un pie. El papel de "Víctima de Occidente" del que es garante una y otra vez el mundo islámico, no hace más que buscar excusas para organizarse en contra de todo, como si la consecuencia fuese apodíctica. Véase, por ejemplo, al presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, su desvinculación del Organismo Internacional de la Energía Atómica y el anuncio de la reanudación de su programa nuclear sin la supervisión de tal organismo.

Si la publicación de las caricaturas de Mahoma suponen un gesto que habla de la falta de sentido común y de respeto del que hace alarde nuestra sociedad posmoderna, la reacción de Siria y de los demás países islámicos se antoja, cuanto menos, exagerada. La furia mostrada en las imágenes ofrecidas por televisión no deja lugar a dudas. Consideran que toda Europa pretende atentar contra el Islam, sin distinciones, a la vez que los propios islamistas piden la diferenciación que hemos de hacer en Occidente entre violentos y no violentos, entre los verdaderos seguidores de Mahoma y los gregarios de los grandes empresarios de la religión económica islámica.

La razón, aquí, ha desparecido porque tanto el diálogo interreligioso como el intercultural se han hecho imposibles. La razón ha desaparecido porque el diálogo ha dado paso a la violencia en toda su crueldad y fanatismo. Mientras que surjan voces cantando las bondades del Islam o cualquier otra confesión al tiempo que se ataca sin piedad a los que poseen otras creencias, no será posible una convivencia pacífica, ni la asimilación de los valores ajenos, que, en definitiva, sólo defienden la defensa del ser humano.

Si desde algunos sectores de la progresía se sigue defendiendo el Islam como la "Víctima de Occidente", entonces sucesos como los de estos días irán cada vez a más y nadie podrá controlar el celo religioso de los musulmanes. Hasta dónde estarán dispuestos a llegar. "Alá ha sellado sus corazones y sus oídos; sobre su vista hay un velo. Tendrán un gran castigo" (Sura II, 6).

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