sábado, 18 de febrero de 2006

Embriones a la carta o del proyecto español contra la vida humana

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Tras la aprobación de la Ley de Reproducción Humana Asistida (LRHA), la plataforma científica Hay Alternativas ha alertado de la "aberrante agresión que supone contra la dignidad del hombre y contra la ciencia", y ha denunciado que esta ley convierte al ser humano no nacido "en material de investigación, en mercancía a merced de los intereses económicos de grandes empresas y de la ambición de determinados científicos." Así denunciaba "Hazte Oir" la noticia de la aprobación en el Parlamento Español para la manipulación y el uso indiscriminado de los embriones para todo tipo de fines, porque, quien es capaz de abrir una puerta es capaz de abrirlas todas.

Acusa la ministra de sanidad, Elena Salgado, al Partido Popular de usar argumentos pseudorreligiosos y pseudomorales para oponerse a la ley, que dicho sea de paso, no ha servido para nada, porque de nuevo el autoritarismo de los socios del Gobierno ha impuesto su voluntad frente al común de los mortales españoles. Hay que decirle a esta señora, ministra de sanidad, que un asunto tan grave como la apertura a la manipulación embrionaria y la eugenesis no son asuntos que deban quedar al margen de tales convicciones morales y religiosas, le pese a quien le pese. No se puede derrocar todo aquello que fundamenta los pilares de la vida de muchas personas en pro de otra pseudorreligión laica que no tiene en cuenta los presupuestos humanos más profundos, solamente una determinada ideología que pretende dominar todos y cada uno de los aspectos de la vida de las personas, ya sean públicos o privados.

El discurso de la búsqueda de progreso no pasa nunca por dejar a un lado las opiniones contrarias a la propia, dejar a un lado los pilares religiosos que fundamentan en gran parte una sociedad como la nuestra y dejar a un lado los presupuestos éticos (morales también) por los que se rigen las normas y costumbres de cualquier sociedad. Pero el discurso usado por la ministra Salgado no deja lugar a dudas de la demagogia y la retórica vacía del Ejecutivo de Zapatero, debido, sin duda alguna, a su inaudita incultura y analfabetización. Confundir progreso con manipulación embrionaria, manifestando lo contrario de lo evidente y defendiendo como BUENO (de bondad y de Bonum) lo que sólo es bueno para unos pocos, no habla más que de la dicha incultura y, si me apuran, de su intrínseca maldad (pero no soy yo quién para juzgar tal estado).

La Ley de Reproducción Humana Asistida (LRHA) española, abre las puertas a las técnicas de reproducción asistida contrarias a la vida, abre las puertas a la clonación de seres humanos, a la experimentación indiscriminada con embriones por parte de empresas privadas y con manifiestos fines económicos. Además, abre las puertas a la selección de embriones mediante técnicas de diagnóstico preparto. Tal ley, por si no lo habían advertido los señores y señoras que votaron a favor, va en contra del código penal español y contra las disposiciones de los consejos de bioética de todo el mundo, con lo que supone un desprecio absoluto de la vida humana en todas sus dimensiones.

Para los señores del Gobierno, según han manifestado, negarse a la aprobación de la ley es situarse en el marco de un "imperativo retrógrado" ¿Es la vida retrógrada pues? ¿Hemos de aceptar imperativos ideológicos y asumidos por un conjunto de minorías que vayan en contra de las conciencias personales?

La verdad es que ciertas ideologías, muy apoyadas y de moda hoy, pretenden insertarse en el marco de la libertad de conciencia para controlar y manejar al individuo como parte del todo. De todo lo social, vamos. ¿Qué libertad puede defender la manipulación arbitraria de embriones humanos? Porque, en este asunto, como en todos los de importante calado habría que preguntarse por su legitimidad ¿Sobre qué bases se fundamenta dicha ley? ¿Quiénes son las personas que han aprobado tal ley? ¿Están en condiciones de decidir por la vida de millones de seres humanos en su fase embrionaria?

La verdad es que las parejas que tienen más de un hijo del mismo sexo necesitan inexorablemente elegir el sexo contrario de su próximo retoño. Y todo por un gran módico precio. No lo olvidemos. Ah, señor Zapatero, usted también fue embrión, ¿qué sería de nosotros si hubieran investigado con usted? Quizás nos iría bastante mejor.

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