Ahora en la escuela, los niños son los que fuman a sus anchas por cualquier parte, mientras el profesor ha de esconderse en el servicio para poder fumar de dos caladas un cigarro que le podría costar un expediente. El patente cambio de sistema ético y de regulación cívica se ha hecho realidad en todo el país, no sólo en el ámbito de la escuela, que ya lleva años siendo la avazadilla de las libertades, sobre todo, cuando se anula la de la mayoría, sino también en la política estatal.
Lo que era blanco ahora es negro, y el negro es como el gobierno quiere que sea, porque al señor Montilla, alentado por el señor Rodríguez Zapatero y sus socios separatistas de ERC, con el inestimable apoyo de CIU, se han empeñado en dibujar una cremallera cerrada en las bocas de todos lo que denuncian, según ellos, mediante calumnias, los acosos y tropelías del Gobierno. Porque el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) ya no será un órgano más o menos consultivo, sino un grupo con capacidad jurídica otorgada por las altas esferas de las divinidades socialistas.
Podrá expedientar, sancionar e incluso clausurar las emisoras que no hagan acopio de verdad en sus informaciones. Precisamente, los que propugnan la inexistencia de una verdad absoluta cuando se mofan de la Iglesia y de todos los que la componen, serán los que decidan qué es verdad y qué no lo es. ¿Dónde quedarán los jueces que tan arduo camino han recorrido para juzgar casualmente la veracidad de los testimonios?
Pero la mala intención o la estupidez más vil, no deja títere con cabeza y como todo lo catalán es digno de imitación, el tal Montilla ha decidido crear el CEMA (Consejo Estatal de los Medios Audiovisuales), a modo de CAC, según informción del diario el País, que en esto de informar se lleva la palma de la veracidad, como todos ya saben.
El CEMA contará con siete miembros y dirigirán el Consejo durante tres años (por si sale ganador el PP en las próximas elecciones sigan dando qué hablar). Si algún medio audiovisual le da el punto de denunciar alguna hazaña del Gobierno no veraz, porque todo lo malo es mentira, el CEMA podrá sancionar hasta con un millón de euros esa misma falta de veracidad, incluso si la emisora se niega a difundir notas de inserción obligatoria provenientes del Gobierno. La pantalla en negro o el corte de la emisión en directo será otra de las democráticas medidas de este Consejo para hacer frente a la injusticia de la mentira. Hasta estas sanciones podrán efectuarse antes de que se apruebe el expediente sancionador. Como si un preso cumpliese condena antes de que hubiese juicio alguno, porque tal juicio sería simplemente un trámite de lo que todos los mandatarios sabrían ya, su culpabilidad.
La recuperación de la memoria histórica supone, según el CEMA, uno de los puntos primordiales de actuación, según el airado hincapié sobre la censura y la ausencia de las libertades que preconiza el señor Montilla, tan característicos de los regímenes totalitarios. El mundo al revés del blanco que es negro dice hacerse presente en la democracia española, y todo en defensa de las libertades y de la pluralidad. Lo dicho, o mala intención o estupidez de bachiller, porque defender la libertad imponiendo la censura y la propia voluntad no es de estar muy cuerdo. Nada, que sigan aprendiendo de los niños de la LOE y verán como nadie les podrá echar nada en cara, ni siquiera les podrán mandar un tiempo a casa, porque siempre tendrán la verdad.
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