Dos estilos, dos formas, dos visiones, una propuesta. Así se puede definir el debate entre Pizarro y Solbes en Antena 3. Quizás, más técnico que otra cosa, sobre todo, al principio del debate, Pizarro a intentado centrar la discusión en el tema del paro, mientras Solbes no ha dejado de cantar las bondades de la economía española inmerso en un mar de papeles con estad´siticas de colores de las cuales no explicó la procedencia.
Por otro lado, la técnica de Solbes ha sido el ataque frontal a la persona de Pizarro, intentando que los espectadores percibieran que el número dos del Partido Popular no es más que un advenedizo a la política y que nada sabe de política económica. Frases como "no se lo han explicado bien", "los que le han informado lo han hecho mal", "quiero que reflexione lo que le voy a decir porque a lo mejor no lo sabe", no muestran más que el mismo talante de Zapatero, descalificar a la persona ante la falta de argumentos frente a las nuevas propuestas.
Solbes ha manejado bien los tiempos, cosa que no ha hecho del todo Pizarro, aunque éste ha contrarrestado con una serie de datos cercanos a los ciudadanos, hipotecas, renta, presión fiscal, paro, la iniciativa privada y la bajada de impuestos. Solbes, por su parte, ha basado su discurso en las infraestructuras, en las grandes obras (proyectadas la mayoría por el PP) y ha justificado, en cierto modo, la subida de impuestos y la presión fiscal en orden a ese bien mayor que son las grandes infraestructuras.
En la trifulca, ha ganado Solbes, por tablas, por la farándula de la descalificación y por el tremendo respeto de Pizarro a las reglas del debate. Aunque las propuestas coherentes las haya hecho Pizarro, por eso gana más allá de la imagen y de cualquier pasado. Sin duda. Ahora, el inicio de campaña, que ya hemos tenido en primicia lo que va a ser, pasado tergiversado frente a propuestas de futuro. Decalificación frente a respeto.
Por otro lado, la técnica de Solbes ha sido el ataque frontal a la persona de Pizarro, intentando que los espectadores percibieran que el número dos del Partido Popular no es más que un advenedizo a la política y que nada sabe de política económica. Frases como "no se lo han explicado bien", "los que le han informado lo han hecho mal", "quiero que reflexione lo que le voy a decir porque a lo mejor no lo sabe", no muestran más que el mismo talante de Zapatero, descalificar a la persona ante la falta de argumentos frente a las nuevas propuestas.
Solbes ha manejado bien los tiempos, cosa que no ha hecho del todo Pizarro, aunque éste ha contrarrestado con una serie de datos cercanos a los ciudadanos, hipotecas, renta, presión fiscal, paro, la iniciativa privada y la bajada de impuestos. Solbes, por su parte, ha basado su discurso en las infraestructuras, en las grandes obras (proyectadas la mayoría por el PP) y ha justificado, en cierto modo, la subida de impuestos y la presión fiscal en orden a ese bien mayor que son las grandes infraestructuras.
En la trifulca, ha ganado Solbes, por tablas, por la farándula de la descalificación y por el tremendo respeto de Pizarro a las reglas del debate. Aunque las propuestas coherentes las haya hecho Pizarro, por eso gana más allá de la imagen y de cualquier pasado. Sin duda. Ahora, el inicio de campaña, que ya hemos tenido en primicia lo que va a ser, pasado tergiversado frente a propuestas de futuro. Decalificación frente a respeto.
Foto: elsemanaldigital.com
6 comentarios:
No se puede mandar a un cordero a discutir con un lobo, le falta lo que los andaluces llaman malafollá para haberle sacado los colores
que vergüenza del psoe.ayer como los niños xikos solo hacia exarle en kara tonterias a los del pp.
No pillé casi nada del debate.
El debate lo ganó Solbes, y no por méritos propios sino por desmérito del contrincante.
No se puede ir a un cara a cara político, como se va a una Junta de Accionistas o a un Consejo de Administración;faltó agresividad,contundencia,mala leche.
Solbes manejó el debate con gráficos y estadísticas,que como los que nos dedicamos a esto sabemos,no significan en si mismas nada,salvo el uso y la interpretación que se den.
Solbes tenía todas las de perder con un panorama tan nefasto como el que se presenta, y Pizarro lo dejó que se escapara vivo;si creciendo al 3% perdemos empleo,¿que ocurrirá cuando estemos al 2´4%?,¿por qué no le atacó con los datos de la construcción que va a dejar en los próximos meses a más de 500.000 individuos en el paro?:¿por qué no le habló del cierre de empresas en este trimestre,más de 25.000,dato jamás visto en los último veinticinco años?¿por qué no le machacó con la perdida del consumo,con la disminución del porcentaje de ventas en periodos consumistas como Navidades y rebajas?.
Un profesor mio de Deusto,en el ICADE,decía que "los que saben realmente de economía,caben en un microbús.El resto toca de oidas".
Espero que en el PP hayan tomado nota,y Rajoy salga contra Zapatero con el cuchillo entre los dientes;como vaya con su soflama habitual y su tono de ursulina modosa,lo van a dejar en cueros.
La verdad es que tenéis toda la razón, Solbes machacó a Pizarro, por mucha encuesta de El Mundo y mucho discurso optimista de la algunos miembros de la resistencia.
Como la mayoría no se enteró de nada, como bien dice Claudedeu, el lobo de Solbes (así fin de los tiempos) machacó con macrodatos y descalificaciones, , el proyecto electoral del PSOE,como dice Largo15.
Gutiforever, has apuntado lo que pasó con objetividad y analizando el discurso desde el punto de vista del ciudadano, normalmente lego en materia económica, el ganador fue Solbes. Arrasó a pIzarro porque Pizarro dejó escapar la mejor. Lo pudo tumabr y tuvo compasión, lo pudo dejar en su sitio y dejó llevar por la formalidad, que al fin y al cabo, en tiempo electoral, de poco sirve, sobre todo, si el contrincante usa la técnica del ataque frontal. Como dices, como Rajoy no despierte, Zapatero se lo va a comer, no con datos, sino con su imagen. el entusiamo es tan importante como la inteligencia, y eso la gente lo percibe, y muy bien.
Yo es que, sinceramente, dudo mucho de que a "eso" que vimos se le pueda llamar debate.
Me gusta la economía y me aburrí. Realmente, me pareció una sucesión de monólogos sin hilazon entre sí.
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