domingo, 11 de diciembre de 2005

La eficiente sanidad pública

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Siempre se ha estado hablando de la calidad de la sanidad en España, sobre todo, en el sur. La continua crítica por parte de los dirigentes con respecto a la sanidad privada ha estado seguida siempre del mensaje de la superioridad de los hospitales y de los centros médicos dependientes de la administración pública.

Esto no es de extrañar porque la mitad de mis impuestos y de la mayoría de los españoles se dedican a este fin, sin contar lo que vale un ducados, una cruzcampo o un aliñado espiritual, que también, paradójicamente sirven para mejorar la salud de los españoles.

Los cacharros tan necesarios para cubrir las necesidades, tacs, rayos equis,... no justifican, por otro lado, los sueldos de los que trabajan para esta sanidad pública. Y no hablo de los médicos adjuntos que ya se pueden echar a dormir, aunque sean los menos pagados de España, y hablo de los andaluces. Ni hablo de los técnicos en enfermería, sino de los médicos residentes, que ni están para acá ni para allá.

A saber, un residente de cuarto o quinto año ha estudiado seis años su licenciatura como todo hijo de vecino (eso si no ha repetido curso). Tras obtener el título ha de prepararse obligatoriamente las oposiciones del MIR, siempre y cuando papá, mamá o tío Pepe no posean una clínica millonaria, -pero eso casi no existe-. Esto supone casi un año completo con la consiguiente responsabilidad del examen en sí, porque ya se sabe lo que sucede cuando no se aprueban las oposiciones.

Aprobado el examen, o mejor, habiendo obtenido un número medianamente aceptable, toca elegir especialidad y destino. Cuatro o cinco años trabajando para la administración pública y cobrando ya, por fin. ¿A qué precio?

El residente está obligado a realizar un año, como mínimo de guardias de 24 horas en urgencias, y un mínimo de cinco al mes. Mientras que un médico adjunto cobra 40000 pesetas por dicha urgencia y en la cual pocas veces aparece, el residente, recien salido de la academia, como diría aquel, se enfrenta al descubrimiento de la verdadera labor médica, a saber, descubrir lo que le pasa a un enfermo que viene de su casa no se sabe con qué malestar, y todo al módico precio de 18000 pesetas, es decir, 750 pesetas la hora. Además, este médico residente ha de realizar su turno normal de ocho horas tras su guardia, es decir, que un día de guardia, trabajará 36 horas seguidas sin derecho a descanso el día siguiente ni los dos posteriores. Y todo por 120000 pesetas al mes.

Ya me dirán ¿qué calidad de sanidad puede ofrecer un médico que lleva trabajando más de 30 horas seguidas?, ¿qué diagnóstico ofrecerá a un enfermo con síntomas nada claros?

Además, a todo esto hay que añadir la falta de camas sempiterna de los hospitales españoles, ¿qué hará pues un residente en urgencias? Fundamentalmente tiene dos opciones. Una, si la dolencia del enfermo es grave, asignarle una cama en el pasillo de Observción, con lo que se ganará la consiguiente reprimenda de su médico adjunto que está tranquilo en planta (normalmente), haciéndole ver que la sanidad no puede atender las demandas que superen su capacidad. Dos, enviar al enfermo a su casa con un ibuprofeno gentileza de la sanidad pública aduciendo que no se le encuentra nada en la radiografía.

En fin, la calidad de la sanidad en España, y concretamente en Andalucía, luz y guía de la política del Presidente de la Junta, don Manuel, consiste en una sanidad de cacharros que descubren enfermedades y en la precrariedad de los profesionales, sobre todo, los profesionales del futuro, los médicos residentes. Que además, al terminar los años de la residencia se quedan en la calle, con una mano por delante y otra por detrás, porque no hacen falta más médicos. Ya vienen las nuevas remesas de residentes para comenzar el nuevo ciclo de explotación de la seguridad social.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tema muy interesante para poder debatirlo con amplitud. Has reflejado la realidad de la sanidad pública, que queramos a no, por desgracia o virtud, la están llevando en un porcentaje muy alto los médicos internos residentes, porque si calculamos que cada año aprueban cerca de 3000 MIR, por una media de 4 ó 5 años que estan en los Hospitales Públicos, podemos calcular fácilmente que entre unos 12.000 ó 15.000 médicos MIR, están llevando parte de la sanidad pública, pero con los sueldos que bien dice FEDE, y eso de que están en fase de aprendizaje, quisiera que se lo explicaran a los miles y miles de enfermos que han sido atendidos por estos médicos, con gran responsabilidad y vocación, mientras los titulares que tenían que estar apoyándoles, para en teoría –enseñarles-, están tranquilamente durmiendo en su guardia, sin hacerla y no le molestes para tonterías.
Podíamos hablar largo y tendido del tema, pero la lástima es que sólo unos pocos conocen la triste realidad de los MIR, cobrando sueldos míseros para la responsabilidad que tienen, y los años de sacrificio en poder sacar una licenciatura tan bonita, tan vocacional y que tantas vidas han salvado a los pacientes que por nuestra salud hemos tenido que pasar afortunadamente la mayoría de sus veces por sus manos. Una voz de aliento para los MIR y para que se reconozcan sus méritos, sobre todo en el aspecto económico, que no refleja sus méritos y labor durante esos 4 ó 5 años que tienen de especialidad.

Anónimo dijo...

Me gustaría abrir una linea de discusión sobre los muchos defectos del sistema sanitario. Los que trabajamos en él los conocemos, pero hace falta que se den a conocer en foros públicos.

En mi blog hay material polémico; os invito a examinarlo.

http://drgandolfi.wordpress.com