Veo la pasarela Gaudí, la Cibeles, el trauma de los adolescentes porque les duele la espalda con su carga de libros escolares... como no pude quedarme leyendo la prensa escrita, observo las noticias de la televisión, los noticiarios, por llamarlos de algún modo, incluidas las heridas de aquel subsahariano que saltó anoche la alambrada de Melilla, su rostro altivo tras la hazaña, las manos ensangrentadas semejantes a las heridas de guerra de los héroes... es malo para nosotros, pero qué decimos de él con sus heridas curadas por algunos vecinos de la localidad con buen corazón. Nuestro país es presa fácil de la demagogia causada por una desinformación televisiva inaudita y el favorecimiento de un noticiario demagógico que no es capaz (no le interesa) de analizar las consecuencias y causas reales de los acontecimientos, sólo aquello que ensalza y enardece los vanos sentimientos olvidados en la siguiente noticia del diamante más caro del mundo. Las heridas del subsahariano ocultan tras de sí las consecuencias sanitarias para nuestro país que no puede aguantar tal envite de personas, las consecuencias sociales que supone la masiva llegada de inmigrantes, las promesas de unos mandatarios que dicen expulsar y mandan a estas personas al rincón de España que elijan con el dinero de los españoles, las infraestructuras, también pagadas por los españoles, para mantener en cuarentena a todos los que llegan ILEGALMENTE, las consecuencias laborales, las consecuencias de un choque de culturas que necesita una educación específica y que no se soluciona con la creación de polideportivos en todos los barrios de nuestro país. Y me pregunto ¿qué ocultarán las sandeces de los noticiarios mientras España se viene abajo? ¿qué ocultarán las ristras de derechos de unos ciudadanos frente al de los demás? ¿Atontar? Juzguen ustedes.
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