lunes, 21 de noviembre de 2005

De traumas y subvenciones

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Dicen que a los niños de la LOGSE y la tan esperada y animosa LOE, se les promociona de curso automáticamente, no vaya a ser que, con dieciséis años, el chaval se encuentre pintando los ríos de España con lápices Alpino, junto a chicos y chicas de doce años, porque podría pillar un trauma de órdago, el cual le provocaría un odio visceral hacia la sociedad que podría repercutir en el desarrollo de su persona y en la incorporación adecuada al mundo adulto. Lo mismo habrán pensado, cuando la calificación más baja que se le puede otorgar por su comedido paso por un trimestre estudiantil es un uno. ¿Dónde ha quedado pues el tan temido cero que hacía apretarse las tachuelas hasta al más pintado? Pues va a ser que el chaval también podría coger un trauma si experimenta el peso de un cero por no hacer nada, durante todas las horas correspondientes al primer trimestre, y al segundo. Y al tercero.

Se ve que lo mismo le ocurre a los transexuales, los cuales, se han visto beneficiados por la bondad y la solidaridad del Gobierno socialista. Mientras que los fumadores se han convertido en el objetivo de la campaña contra el tabaco, incluida su juvenil adalid(a) Mercedes Milá, hermana del mítico Lorenzo, y le han sido negadas las ayudas que ofrecía la sanidad pública para dejar vicio tan reprobable a todos los que decidían poner un "se acabó" en su vida, no sin esfuerzo, el Gobierno ha decidido y legislado la necesidad del cambio de sexo, pagado por la tan eficiente sanidad pública, porque, como es obvio, el trauma que sufre un hombre que se siente mujer y se levanta por las mañanas con un apéndice que no le sirve, no puede ser olvidado or tan bondadoso gabinete.

De modo que, los pérfidos fumadores no son merecedores de la compasión paternalista, hasta el punto de que se les quiten las ayudas que todos pagamos, para que, por un lado, unos se llenen más los bolsillos, y por otro, algunos se ahorren una operación que repercute en la psicología más profunda del ser hombre o mujer.

De igual manera, se ve que la labor que asociaciones como Cáritas o la Cruz Roja, con un largo historial en favor de los derechos y las igualdades de la persona, han sobrepasado el cupo de donaciones, porque, hay que entenderlo, vienen otras asociaciones pisando fuerte, sobre todo, desde hace año y pico, y a éstas, hay que echarles una manita, cargada de pasta. Y resulta que las asociaciones beneficiadas por la amabilidad y la donación -de oportunidades-, no se acercan al volumen de acción de las antes citadas ni por asomo, aunque se dice lo contrario en los informes y proyectos presentados.

Intermón, con determinadas asociaciones y buenas juntiñas, junto a Solidaridad Internacional, asociación de la que fue presidenta la diputada socialista Leire Pajín hasta que fue nombrada secretaria de Estado de Cooperación Internacional, la cual, dirige el proyecto de subvenciones de la Agencia Española de Cooperación Internacional, han sido beneficiadas con altas cuantías, más de dos millones de euros cada una.

La cosa está clara, miestras que la mayoría de asociaciones trabajan con voluntarios que gastan tiempo y pierden dinero por dar aliento a muchos necesitados, estas ONGs mantienen en nómina a funcionarios de la progresía que se muestran solidarios con todos a cambio de su tiempo y su esfuerzo remunerado por las arcas del estado y por el bolsillo de todos los españoles. Un trabajo solidario en toda regla.

Si se piensa, es hasta legítimo, viendo el panorama personal de la débil sociedad occidental, porque el trabajo por los demás produce un "burn out" que si no está suficientemente remunerado por los amigotes del gobierno, podría devenir trauma y tantas manos solidarias quedarían olvidadas en la masa proletaria del empleo temporal y los contratos basura. Y nuestro bondadoso Gobierno no podría permitirlo.

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