La dictadura de los notables catalanes sigue su curso enhiesto e infranqueable, haciendo alarde, como un pavo real, de su poderío extremo y de su calumniosa verdad. Estos notables se han molestado porque el delegado del Gobierno en Cataluña, el Cuerpo Superior de Policía y la Guardia Civil no se han personado en el acto de investidura de los Mossos d'Esquadra en donde se han apropiado de las competencias de la Policía Nacional, o mejor, se las han atribuído y las han acaparado para sí."¡Qué desfachatez!, si es que no nos pueden ni ver", pensarán los catalanes mientras que el retrato de Maragall preside las comisarías en detrimimento del Jefe de Estado, a saber, el rey.
Y estos individuos, como si tal cosa, siguen llamando anticonstitucional a la COPE y sus titulares, al mismo tiempo que guardan en un cajón o en el vertedero más cercano la foto del rey con su marco incluído. De modo que, quien amenaza a toda España diciendo que habrá un gran drama en el país si no se aprueba en su totalidad el estatuto, se erige como cabeza visible de una comunidad autónoma española sustituyendo, por su cara, al rey. Manda...
Y, el Omnium Cultural de Cataluña continúa con la retahíla del apoyo al estatuto y pide, igualito que Maragall y Laporta, su aprobación íntegra. Incluso, algunos se han atrevido a decir que habrá una guerra civil si no llega a buen término la dichosa aprobación total del dichoso estatuto.¡Válgame Dios!
Si la afrenta no fuera ya inconcebible de por sí, estos organismos catalanes, alzan la voz contra el boicot sobre sus productos, los cuales se venden en todo el territorio nacional, al tiempo, que ellos mismos boicotean a los herejes empresarios de la verdadera ortodoxia catalana porque no ponen sus productos en un catalán legible y claro para toda España. Pero claro, los boicoteados son ellos.
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