viernes, 18 de noviembre de 2005

El éxito de Zapatero

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La situación actual de la política española no atraviesa por sus mejores momentos. Por un lado, la tergiversación mediática de los que critican la labor del Gobierno y de sus compañeros de viaje por parte del Partido Popular, el Mundo y la Cadena COPE.
De otro, Zapatero y todos los que le acompañan en esta andanza más o menos cercana a la Moncloa y a la pecunia de todos los españoles, la OPA de Endesa a favor de Gas Natural,la coalición de la Caixa con el PSC, la implicación del ministro Montilla, la aprobación a trámite de la artimaña económico-separatista del estatuto catalán, el cese de la LOCE y la tramitación sin diálogo de la LOE, la pantomima de la foto con los representates de la manifestación, el envío de tropas humanitarias a Afganistán en misión de paz, el teatro silencioso de la comisión del 11-M, el apoyo al cine y la cultura creada por personas manifiestamente de izquierdas, el vacío de responsabilidades en el incendio de Guadalajara, las concesiones al grupo Prisa y su nueva cadena televisiva, los homenajes al bando republicano de la Guerra Civil, la manipulación mediática de la historia reciente de España, el hundimiento de la lengua española en pro de las lenguas regionales mientras que se subvenciona el cuarto centenario del Quijote, el insulto fácil y reiterado a la Iglesia...
Todo ello proviene de un Gobierno que esgrime la libertad, el diálogo y la igualdad como sus elementos más denotativos. Pero, ¿qué sucede con los amigos de Perpiñán? La farsa de la tregua de ETA se erige como la piedra de toque de la política y el éxito personal de Zapatero.
La organización terrorista nunca soñó con disfrutar del poder político del que gozan en la actualidad. Eligen al Lendakari mientras que extorsionan sin punidad a todos los que pueden clamar contra el terror. Al tiempo que la ansiada tregua no supone más que el respiro que la banda necesitaba para armarse más que nunca después de la asfixia que ejerció sobre ella el Gobierno de Aznar.
El desvío de atención provocado por los acontecimientos de los días previos no hace más que alentar las negociaciones de concesión del Gobierno hacia los terroristas, y mientras que Maragall, de la Vega y Montilla ponen en solfa a todo el conjunto de los católicos, Carod musita palabras en euskera para que no suceda nada en su nación.
No pasará mucho para que el protagonismo de ETA y los nacionalistas vascos más extremistas se haga notar en una sociedad cansada de tanta protesta valdía. No pasará mucho para que los asesinos asesinen a los profetas de la libertad. No pasará mucho para que la independencia del País Vasco sea defendida por Zapatero a cambio de pasar a la historia como el dirigente que terminó con la violencia.
Viene el lobo y el Gobierno está dejando el rebaño en el páramo para que la fuerza de la naturaleza más vil haga de las suyas a costa de la libertad de los españoles y de una sociedad que cada vez confía menos en sí misma. No hemos hecho más que empezar.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Fede, tu exposición sobre todos los acontecimientos negativos por lo que pasa este gobierno es impecable. Respecto al comentario que has hecho en mi último post lo suscribo al 100%. Por muy mentecato que sea tu interlocutor, si es progre, para su propio ego ya tiene ganada una buena parte de razón. Es normal, esta gente se acomoda en la parte mas calentita de la sociedad, donde opinar no produzca muchos riesgos. Yo creo, que más que de la progresía de ideas y de conceptos, veo que se da la pose progresista. Esto consiste en no tener ni puta idea de nada, pero arrimarse al rescoldo de la mayoría, opinar lo que la mayoría y tomar las mismas posiciones que la mayoría. Hay una forma de actuar, de comportarse incluso de vestir que los delata. Pero es pura vanalidad e insustancia