Pues sí. Hasta aquí llegó la aventura de El Gorrión. Después de que un 12 de octubre de 2005 el último huevo de un nidillo construído con ramitas de amor a la libertad, a la justicia y a la nación, se abriera definitivamente dejando que el pajarillo hiciera volar sus deseos, sus ilusiones y sus ganas de picar, este gorrión verde alza su vuelo más allá de donde los gorriones suelen ascender.
No es que el Gorrión haya dejado de luchar ante las amenazas del cambio climático mental que vive hoy nuestra enferma, maniquea, pánfila y manipulable sociedad. Pero sí que está cansado, porque las flores fueron creadas para ser olidas y no comidas.
Quizás, el gorrión, ese pájaro del montón, un día sea visto de nuevo picando con más insistencia por alguna calle o algún balcón conocido, pero ahora le toca entonar un canto de despedida definitiva y emprender nuevos vuelos, porque la asiduidad y las ideas son valores que no pueden faltar en el mundo en el que el gorrión se mueve, y ya, cansado de precipitar, ha optado por ser digno y coherente. No había más vuelta de hoja.
Ahí quedan los archivos como prueba de que un día existió y otro expiró. Como todo en la vida. Y gracias a todos los amigos que se han encontrado a gusto en este nido el tiempo que las tormentas lo respetaron, los de aquí y los de allende los mares. Los nombres quedan aparte porque ellos y ellas saben quiénes son. Mi más sincero agradecimiento y recuerdo.
Fede
No es que el Gorrión haya dejado de luchar ante las amenazas del cambio climático mental que vive hoy nuestra enferma, maniquea, pánfila y manipulable sociedad. Pero sí que está cansado, porque las flores fueron creadas para ser olidas y no comidas.
Quizás, el gorrión, ese pájaro del montón, un día sea visto de nuevo picando con más insistencia por alguna calle o algún balcón conocido, pero ahora le toca entonar un canto de despedida definitiva y emprender nuevos vuelos, porque la asiduidad y las ideas son valores que no pueden faltar en el mundo en el que el gorrión se mueve, y ya, cansado de precipitar, ha optado por ser digno y coherente. No había más vuelta de hoja.
Ahí quedan los archivos como prueba de que un día existió y otro expiró. Como todo en la vida. Y gracias a todos los amigos que se han encontrado a gusto en este nido el tiempo que las tormentas lo respetaron, los de aquí y los de allende los mares. Los nombres quedan aparte porque ellos y ellas saben quiénes son. Mi más sincero agradecimiento y recuerdo.
Fede