martes, 19 de diciembre de 2006

La Religión ha muerto. Viva el laicismo

De nuevo hemos de hablar de la situación de la religión en España. El ataque frontal y destructivo contra la religión no es propia de un Estado que se define como democrático. Si la directora de un centro público andaluz tiene el "valor" de destruir un belén realizado por sus alumnos, sólo muestra cuál es el conjunto de las consignas del Gobierno. Consignas que se han convertido en el derecho de unos pocos frente a la libertad de la mayoría -aunque también se niegue-.

La imposición de una ideología basada en la ignorancia, en el racismo y en la sola ambición de poder nos demuestra definitivamente que el gobierno de Zapatero no está dispuesto a aceptar a España como un Estado aconfesional que debiera respetar todas las opciones religiosas, privadas y públicas, sino que pretende imponer la mejor opción religiosa, el laicismo. Y se manifiesta su bondad moral frente a la religión, hasta el punto de manipular la realidad histórica y presente para que dicha tesis encofre su propia y ambicosa ignorancia, la de todo el gobierno de Zapatero.

Las últimas actuaciones del Ministerio de Educación y Ciencia con respecto a la religión son el paradigma de la tal imposición y ambición de poder. Se ha reducido la carga horaria de la Asignatura de Religión en la ESO para meter, seguramente, la Educación para la Ciudadanía, y ahorrarse el único dinero ajeno que le duele gastar a la Administración pública. Todo sin previo aviso y sin consenso, es decir, impuesto porque sí. Además, la última aportación al "avance" que supone la LOE, ha sido la nueva estructura del Bachillerato (más arte y menos historia), donde la religión no queda reducida, sino que desaparace absolutamente. Sin previo aviso y sin consenso, es decir, impuesto porque sí.

Ya no se trata aquí de creeo o no creer. No se trata de compartir los presupuestos religiosos o no. No se trata de aceptar la importancia de la religión en la cultura o no, ni siquiera de aceptar la aportación de la religión en la enseñanza o no. Estos son temas que deberán ser discutidos cuando el derecho de los ciudadanos sea respetado, porque de lo que se trata realmente es que el Gobierno está imponiendo su propia ideología y que está destruyendo la libertad de los padres, de los alumnos y de los profesores, los cuales se quedarán literalmente sin trabajo. -Pero el paro, si es por la religión, está bien y es bueno ("Manual de Consignas del Gobierno").

Lo peor de todo es que se empieza por la religión y se termina por todos y cada uno de los ámbitos de la vida pública y privada, hasta que se alcance el estado de control e imposición que pretende, ya descaradamente, el Gobierno de Zapatero. Menester es que todos nos pongamos mano a la obra para que la situación de España cambie, podamos seguir siendo libres y no hagamos real la pretensión de la muerte de la religión para que viva el laicismo.

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Hace un año: Todo empieza en Perpignan (10 de diciembre de 2005)
La eficiente sanidad pública (11 de diciembre de 2005) Cualquiera tiempo pasado no fue mejor (13 de diciembre de 2005) Estar en el taco sin doblarla (15 de diciembre de 2005) Vivo en la carretera (17 de diciembre de 2005) LOE, el fracasado éxito de la libertad (18 de diciembre de 2005)

jueves, 7 de diciembre de 2006

Ahora más que nunca, SÍ a la Religión

El Ministerio de Educación y Ciencia por voz de su titular Mercedes Cabrera, ha confirmado, ¡oh sorpresa!, que la Asignatura de Religión será voluntaria. La novedad no tiene parangón, sobre todo, cuando esta voluntariedad viene dada desde la primera LOGSE (Ley Orgánica 1/1990 de 3 de octubre -Título V, disposición adicional tercera-) y en los sucesivos Reales Decretos que han ido concretando el estatuto actual de la Asignatura (Real Decreto 2438/1994 de 16 de diciembre). La indecencia y la mala fe del Ministerio de Educación y del Gobierno de Zapatero queda patente cuando lo sabido se enuncia como nuevo y la verdadera novedad se oculta para que no cree la alarma social que provocaría el ir con el rostro descuerbierto, cosa poco probable si hablamos de la transparecia socialista.

La realidad es bien distinta a como la quieren presentar los profetas de lo correcto. La Asignatura de Religión siempre ha sido voluntaria para los alumnos, pero es mejor hacer creer a los indoctos que la Religión ha sido obligatoria hasta anteayer, a decir la verdad sin justificar la impuesta obligatoriedad de la Educación para la Ciudadanía. Si se hace creer que la Religión ha sido obligatoria hasta el curso 2006/2007, entonces la justificación de la nueva asignatura del Gobierno como obligatoria en todos los niveles será mucho más fácil y menos onerosa. Vaya si son listos estos chicos del Gobierno.

Y la confusión alcanza límites no conocidos cuando el propio Ministerio expone la solución para la ingente masa de alumnos que no eligen la Religión, mucho más importante y madura (se supone según la tesis laicista) que los indoctos y pobres alumnos que sí la eligen. Quien no elija Religión "Confesional", podrá optar por una "Historia de las Religiones" libre de toda carga religiosa, como si los alumnos estuviesen deseando conocer las religiones y el origen de su cultura pero sin que los curas le "coman el coco". ¿Quién impartirá esta asignatura? ¿Se podrá optar por ella en todos los niveles educativos? No se dice nada.

Pero la verdadera novedad viene dada por el hecho de que esos alumnos que no optan ni por la "Confesional" ni por la libre de carga "curil", no tendrán Alternativa y recibirán una "adecuada atención educativa". Cosa loable si no fuese porque dicha "atención" no consta regulada en ningún sitio, y mucho me temo que consistirá en que cada alumno se quede en su casita que es donde mejor se está, tal como manifestó el Secretario General de Educación, Alejandro Tiana hace poco.

El ninguneo de los millones de padres que optan por la Religión (ninguneo de la Constitución Española) y de sus hijos, viene dado por el reciente informe sobre las bondades del laicismo frente a los abusos bárbaros de las religiones. Ahí está la madre del cordero, porque el tal informe ha removido los impulsos de aversión a la religión y ha envalentonado a los garantes de la educación y la politica contra todo lo que pueda oler a religión, -religión católica por supuesto-. El Gobierno de Zapatero manifiesta ya abiertamente su carácter totalitario y despótico al inculcar la maldad de la religión pero de un modo correctísimo, porque los derechos fundamentales de los ciudadanos se están destruyendo de modo inmisericorde.

Y ya no se trata de una cuestión de creyentes o ateos, sino de la creación de un nuevo régimen sin opciones y sin libertad, un nuevo régimen donde la moral se impone desde las esferas del poder enunciando qué es bueno y qué no lo es, dependiendo del beneficio para el propio Gobierno y su ideal social de control personal. La sociedad está más amenzada que nunca, y ello incluye a la Religión, a los creyentes y a los no creyentes. Por eso, ahora más que nunca, por la libertad, hay que dar un sí a la Religión.

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Hace un año en el Gorrión: La lógica del Tiempo (7 de diciembre de 2005)

sábado, 2 de diciembre de 2006

Obsesión laica como ideología buena

El primer signo de que la obsesión laica contra la religión es anticonstitucional, antidemocrática, dictatorial y racista, es la instauración de la ideología propia del gobierno en el seno de la escuela pública. Su alarmante y expeditivo modus operandi sería respetable si no proviniese de los conceptos ideológicos que forman las siglas del partido que gobierna. Este gobierno deviene dictatorial cuando, en vez de garantizar y respetar la opción social de los ciudadanos a los que se debe, impone sus propios conceptos ideológicos retóricamente y burdamente barnizados de bien ético.
La obsesión laica es antidemocrática en cuanto que es capaz de definir lo que es bueno y lo que es malo desde su óptica conceptual sin dar pie a la opción pública de los ciudadanos. Así, la libertad queda reducida al ámbito de lo privado y sus derechos fundamentales convertidos en una pantomima constitucional propia, cómo no, de los estados totalitarios. Nadie habla aquí de la instauración del catolicismo, sino de todo lo contrario, de la convivencia armoniosa de todas y cada una de las opciones religiosas, políticas y sociales. Ésto es lo que debería defender cualquier gobierno electo tenga las siglas que tenga. Por eso, el Gobierno que gobierna no es democrático.
Perseguir la supuesta inmadurez intelectual que provoca la religión en la escuela no es más que el signo evidente de una ignorancia institucional que no busca la paz, sino el odio y la división. Y todo, porque la obsesión laica contra la religión sólo es plausible desde la destrucción de las opciones contrarias a sí misma, nunca desde la tolerancia y la convivencia, por mucho que nos quieran vender la moto.
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Hace un año en El Gorrión:
La defensa del español (29 de noviembre de 2005)
Paremos al cadena del odio (1 de diciembre de 2005)

domingo, 26 de noviembre de 2006

Zapatero desoye el clamor de la calle

Pese al unánime clamor de las todos los que apoyaron en la manifestación del 25-N a la víctimas del terrorismo y su rechazo a las conversaciones del Gobierno con la banda asesina Batasuna-ETA, Rodríguez Zapatero sigue obcecado en llevar a término su personal claudicación de la democracia y la libertad. Ya sea por la onerosidad de los compromisos adquiridos en el famoso "contrato" con ETA , por la constatada incapacidad para escuchar al pueblo al que debe todo y se debe en cuerpo y alma o por la consecución de los intereses partidistas que pasan por los de la izquierda menos socialista y/o por los nacionalismos más anticonstitucinales, Zapatero ha ofrecido su cara más siniestra, sobre todo, con lo que respecta a su opinión sobre el "proceso de paz" y elevando a los altares del socialismo a De Jauna Chaos, principal hacedor de la paz que ha inventado el Presidente del Gobierno de España.

España no se merece un gobierno que miente y tampoco un Presidente que anteponga su voluntad a la de millones de españoles, porque la voluntad, en todo caso, pertenece al pueblo, soberano en estas lides y al cual, tiene la obligación moral y fáctica de tener en cuenta, de escuchar y de llevarla a cabo. Precisamente esa es la misión del Estado, garantizar los derechos del pueblo y hacerlos cumplir antes de cualquier interés personal.

Desoir las advertencias del Gobierno francés sobre la actividad de ETA en el sur de Francia, negar el rearme de la banda para guardarse las espaldas frente a la inminente rotura del "proceso", negar la existencia de la extorsión a los empresarios vascos, manipular el poder judicial en las innumerables citas contra el pueblo español en apoyo de los asesinos, olvidar el clamor de las víctimas que se niegan a las conversaciones con ETA y exigen la verdad del 11-M, tantear la posibilidad de la anexión de Navarra y la independencia del País Vasco e imponer su voluntad interesada frente a la petición de la calle, que es la que sabe de estas cosas, muestra que Rodríguez Zapatero debe desaparecer no sólo del Gobierno de España, sino de la vida política. Ha demostrado su incapacidad para gobernar ecuánimamente, por ignorancia y por abyección a la libertad. Y eso ha de pagarlo. Todo lo que no sea esto, será un atentado contra la democracia, la justicia, la dignidad y la libertad.

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Hace un año en El Gorrión:

Despropósito contra la religión (26 de noviembre de 2005)

martes, 21 de noviembre de 2006

España tiene un virus

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Sí, España tiene un virus y absolutamente todos somos su alimento. La alternativa al último Gobierno despótico del PP se ha construido a sí mismo como ilusión de un mundo más feliz que nunca existirá de este modo tan burdo e ignorante. La prueba de todo ello queda, sobre todo, patente en las elecciones andaluzas y catalanas -más estatutos-, sociedades carcomidas por esa especie de metástasis que hace olvidar el nefasto pasado reciente, se conforma con promesas infundadas y cargadas de una alta dosis de vociferio y acusaciones al ajeno, amén de olvidar su facultad de pensar y de criticar consecuentemente lo punible.

El virus de España no es el PSOE, sino su política rastrera y su afán de amalgamar en sus filas a tan dispares miembros, unidos por el rechazo ante una idea de España que no es la de aprovecharse de sus ciudadanos, sino de exprimirlos -Solbes-, de mentirles -Rubalcaba-, de burlarse de ellos -Trujillo-, de hacerles olvidar su pasado -Garrido-, de manipularles -Cabrera-, de "intelectualizarles" -Calvo-, de amontonarles -Caldera-, de hacerles verdugos de los terroristas -Aguilar... Zapatero.

El virus está acabando con la libertad y dando luz a la más terrible tergiversación de un presente perdido por la cándida ignorancia del Gobierno de España unida al autoinstaurado derecho del poder hacer, controlar y decidir sobre la vida de todos los españoles, de cercenar al "español-individuo" para adjudicarse su libertad y su dignidad en pro de los intereses del Estado, del propio Gobierno socialista, de unos pocos iluminados, olvidando grotescamente su historia, sus necesidades y sus esperanzas. España tiene un virus cuya pandemia ibérica es absolutamente necesario erradicar en las urnas.

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Hace un año en EL Gorrión:

De traumas y subvenciones (21 de noviembre de 2005)

Los amigos de la LOE (22 de noviembre de 2005)

El carné de español (23 de noviembre de 2005)

viernes, 17 de noviembre de 2006

El fin de la Religión

Los rumores y los malos presagios se han hecho triste realidad y la Asignatura Religión cuenta los días que faltan para su desaparición absoluta. A la inclusión de la Educación para la Ciudadanía y a la desaparición de la Alternativa, se ha sumado la Historia de las Religiones no Confesional y la drástica reducción horaria de la Religión en la ESO, de tres horas a dos horas por ciclo. Aparentemente, esta reducción no parece significativa, pero quitar una hora de la semana de cada ciclo (una hora en primero o segundo y una hora en tercero o cuarto), supondrá el despido inminente del 30% de los profesores de Religión de secundaria. Todo ello patrocinado por el Gobierno que defiende ante todo a los trabajadores, Zapatero, Caldera y Cabrera, un trío que, sin apariencia, da miedo (no risa).

La cuestión ideológica ha superado a la cuestión ciudadana y la galopante ignorancia de la izquierda progre está defendiendo la injusticia de la prueba científica nacida de las insignes cabezas de la Alianza de Civilizaciones, es decir, la promoción de la intolerancia, la xenofobia, el adoctrinamiento ideologíco, el cese de los derechos manifestados en nuestra Constitución, la mofa frente a los Acuerdos que superan todo Gobierno concreto y el ninguneo de las innumerables sentencias del Tribunal Supremo en favor de la Religión frente a los frecuentísimos casos de violación de los derechos de los padres, alumnos y profesores. Aunque no es de extrañar observando el derrocamiento de la división de poderes propias de una dictadura que está llevando a cabo el Gobierno Socialista de Zapatero en España.

En definitiva, el inicio del fin de la Asignatura de Religión comienza en el próximo curso 2007-2008, pero ahora, desde la legalidad de los reales decretos inventada por la idelogía ignorante y fetichista de esta izquierda que no es capaz de asumir su propia responsabilidad frente a la historia y a los ciudadanos. Y mientras, la empresa, que es el Estado de Zapatero, hará una reducción de plantilla para que cuadren los dividendos de la ideología y la manipulación histórica (y los sueldos de los profesores que sean despedidos).

Ahora es el momento para que aparezca la Conferencia Episcopal, los padres, los profesores y sus asociaciones, los sindicatos y los ciudadanos que aún conserven un poco de sentido común que, contrariamente a lo que se dice, es el más común de los sentidos.

EXIGE AL MEC UNA REGULACIÓN DIGNA PARA LA ASIGNATURA DE RELIGIÓN

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Hace un año en El Gorrión:

La esencia de la inmoralidad (14 de noviembre de 2005)

"Eso no está bien" -Crónica de un adolescente- (16 de noviembre de 2005)

El éxito de Zapatero (18 de noeviembre de 2005)

domingo, 12 de noviembre de 2006

Causas y soluciones de la violencia escolar

El sentimiento pos-posmoderno de los mayores de esta sociedad perdida dentro de sí misma ha provocado, entre otras muchas cosas, una inversión de lo valores clásicos. Incluso, para muchos, hablar de valores se les antoja un resquicio del pasado que es menester suprimir del lenguaje. Y es en el lenguaje donde esa inversión de valores se hace más patente, especialmente, en la corrupción ligüística, llamando a las cosas por su contrario y haciendo un uso abusivo del eufemismo como herramienta de poder.


La alarma social que está creando la mal llamada violencia escolar no es más que la muestra de la falta de referentes éticos que tan bien definen a nuestra avanzada ciudadanía. Los motivos más claros son, por un lado, la pérdida de autoridad del profesor y, por otro, la ausencia de medidas disuasorias frente a los actos de indisciplina o de conducta gravemente perjudicial. Existen más, pero fundamentalmente, la regresión del papel del profesor y del equipo directivo hacia una especie de burocracia del entretenimiento institucionalizado a la que pretenden llamar labor docente, y la supresión de su arma más eficaz, el castigo, han llevado a la vida de los centros educativos hasta los límites de la guardería adolescente, donde lo importante es esa especie de engendro progre de la maduración integral entendida no como educación integral, sino como una creación de mano de obra barata fácilmente manipulable y con todos los cursos aprobados para satisfacción de las estadísticas gubernamentales.

La necesidad de la autoridad y de la disciplina a muchos le suena a un tiempo pasado no muy lejano, pero la elección de otros modos de ser dentro de la escuela han dado resultados nefastos, uno de ellos la impunidad frente a actos de violencia que no son más que el reflejo de la propia vida cotidiana en la calle y en la "familia-pegada-todo-el-día-al-televisor" y de la comedura de coco del derecho a todos los derechos y la negación del deber de respetar el derecho del otro.


Y ¿Quién tiene la culpa de todo esto? Los padres, por supuesto, porque han creído que el Estado, y su LOGSE, es el único sujeto de la educación. Los profesores, porque se han creído su burocratización y han tirado la toalla. La televisión, que ha hecho de un problema de siempre, lo único de lo que merece la pena hacerse cargo en los noticiarios (entreteniciarios). Y, sobre todo, el Gobierno presente, el anterior y el más anterior, unos por gastar demasiadas energías en crear borregos votantes con título y otro por una dejación casi insultante que ha dejado el campo abierto a la mayor tropelía de nuestro tiempo.


Y ¿Cuál es la solución? Primero cambiar de cabo a rabo los presupuestos que fundan la LOE. Segundo dejar hacer a los docentes que son los que realmente conocen la situación concreta de cada centro y cada joven. Tercero, la desaparición del papel de los inspectores tal y como hoy se dan, cumplidores férreos de las órdenes de los consejeros de educación. Cuarto, eliminar la impunidad que supone la violencia dentro de las escuelas y tratarla como un ámbito más de la vida social, sin privilegios, es decir, cambiar la ley del menor y tratar a los violentos como violentos y no como jóvenes descarriados que aún no han aprendido a ser adultos. Si consiguiéramanos tan sólo una cada cuatro años, en mucho menos tiempo, se verían los cambios, pero como dicen muchos de los alumnos que conozco, "maestro, es que no hay ganas".
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Hace un año en EL Gorrión:

viernes, 10 de noviembre de 2006

Jiménez Losantos, SÍ GRACIAS

En estos tiempos que corren lo más fácil es ser correcto, moderado y caer bien a todo el mundo, vamos muy "polite". Una especie de sincretismo del comportamiento que busca sobrevivir como sea en esta sociedad de la competitividad y de las amistades por un tubo. Se tienen amigos gays cuando uno es muy hetero, se tienen íntimos del Betis cuando uno es más sevillón que el escudo, incluso colegitas de izquierda cuando uno se decanta más por una derecha liberal...lo que se dice llevarse bien con todo el mundo y no dar el cante. Quizás sea por eso, por lo que las personas que suelen definirse desde el principio, mostrando una radicalidad mal entendida por el resto de los mortales no suelen caer bien y son criticados hasta la saciedad, amén de ser tildados de fascistas, sectarios, retrógrados, ultras, montaraces, crispadores, alientos del odio, agitadores, demagogos, maquinadores, mentirosos y todo lo que se le pueda ocurrir al que observa estos comportamientos como antidemocráticos y propios de una dictadura.

Federico Jiménez Losantos es una de esas personas que siempre están al borde del abismo porque no pueden vivir lejos de él. Y no pueden porque tienen voz y no callan. Se le podrá criticar su pasado, se le podrá tachar de chaquetero, se le podrá decir que su entusiasmo le juega malas pasadas como a todos los que se mueven en el filo de la navaja, pero lo que no se le puede criticar es ese posicionamiento tan claro y tan necesario en esta España de los pactos y de las amistades peligrosas, esta España del buen rollito y de la moderación "guay", esta España del "juntos como hermanos". Es verdad que el propio Federico se ha creído su papel, no de salvador, pero sí de vocero y un vocero necesario de tantos millones de españoles que estamos asistiendo a la desmembración no ya de España, sino de los derechos más fundamentales como ciudadanos y como personas con su propia forma de pensar, alejada de las tesis más institucionales y políticamente correctas.

Es insultado por la maquinaria prisaica de Polanco porque denuncia las constantes tropelías del PSOE y sus amigotes nacionalistas. Criticado por los miembros del PP porque les dice lo que piensa. Es criticado por todos los que creen que debería apoyar al PP frente al PSOE, y criticado por todos los que creen que critica al PP porque ha perdido el norte y que los políticos populares no están haciendo lo que él, y sólo él, quiere que haga. Es criticado por todos los que creen que la moderación es el mejor camino de la democracia y es criticado por los radicales que insultan a todo ser viviente que no piense como ellos, y por los radicales que creen que Federico Jiménez Losantos no está siendo lo radical que debería ser dada la situación. Es criticado por los obispos nacionalistas como creen los que defienden el nacionalismo y criticado por los obispos más conservadores y pulcros, como creen los que creen en la efectividad onerosa del poder eclesiástico. Criticado por los que no le consideran de la profesión y criticado por los que piensan que sólo busca llenarse el bolsillo a costa de vociferar seis horas al día.

Ahora se podrá decir que el escribe esto está cegado por las palabras del director de La Mañana, pero guste o no, intento que mis palabras sean lo más objetivas posible, aunque éstas me cierren muchas puertas. Que cada uno piense lo que quiera, está en su derecho. Pero Jiménez Losantos no es un periodista, sino un comunicador que se manifiesta fiel a una línea editorial e ideológica, caiga lo que caiga, llueva o truene. Es amado u odiado, como todos los seres que han dejado huella en la historia de la humanidad. Si no fuera así, estaría escribiendo columnitas en cualquier revista de instituto de secundaria, pero lo realmente cierto es que millones de españoles lo han elegido como termómetro de su mundo concreto y como puente con aquel ente llamado sociedad, y que está tan necesitada de personas que den la cara. Y esto es innegable.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

La indecencia del Ministerio de Educación

Los de PRIS-A, -OE, siguiendo el dictamen de Polanco, se han puesto manos a la obra para sondear la opinión pública en busca de apoyos tácitos y vacilantes, al tiempo que se lanzan a aventurar filtraciones del gobierno fuera de todo derecho en contra de la enseñanza de la religión en la escuela pública. La indecencia del Ministerio de Educación y su titular, marca la agenda del plan prolaical en las aulas de toda España. Y tal indecencia queda patente cuando se manifiesta públicamente la reducción horaria en la ESO de la Asignatura de Religión y la desaparición de la Alternativa. Tirar la piedra y esconder la mano, toda libre de pecado, ha sido siempre la estrategia de los que no son agua limpia, porque tales manifestaciones no hacen más que empañar la difícil situación del diálogo y las conversaciones entre los distintos responsables de la ultimación de la Ley de Educación en las comunidades autónomas, sobre todo, cuando estos encuentros aún no se han producido. ¿Qué significado tiene, pues, que los medios afines al citado plan hagan alarde de dotes supranaturales, vaticinando de antemano los resultados de las negociaciones sin que haya habido un comunicado por parte del ministerio desmintiendo tales afirmaciones?
Lo grave de todo este asunto es que las filtraciones se han producido antes de la reunión de Directores Generales de Educación de las Comunidades Autónomas para estudiar el borrador del Real Decreto sobre Enseñanzas Mínimas de la ESO, amén de la reunión de los Consejeros de Educación y de las negociaciones Iglesia-Estado de obligado cumplimiento en base a los acuerdos internacionales establecidos. Grave es, sobre todo, la presentación de las conclusiones sin haber sido propuestas para su estudio en las diferentes comisiones. Un apunte más sobre el concepto de democracia y libertad del Gobierno de España.
Pero más grave aún resulta la incompetencia del Ministerio al estimar oportuno la reducción de 6 a 4 horas de religión en la ESO, cuando los horarios quedaron bien fijados con la LOGSE, sin preocuparse ni siquiera el ubicuo Ministro Caldera, del 25% del profesorado de religión que se quedará en la calle... y sus familias, y sus hipotecas. Y la indecencia queda finalmente patente en la afirmación de la desaparición de la Alternativa a Religión, pero sin aportar soluciones a las tremendas y problemáticas consecuencias de esta medida, parte fundamental de la cruzada laica en la que se ha enfrascado el Gobierno de España para que los ciudadanos y los nuevos hijos de la LOE no caigan en la bajeza de ser libre pensadores y aguarles el poder.
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Hace un año en EL GORRIÓN:
Diálogo, pero no acuerdo (5 de noviembre 2005)
Huelva ya tiene su "Prestige" (6 de noviembre de 2005)
El Tinell, la "cosa nostra" (9 de noviembre de 2005)

jueves, 2 de noviembre de 2006

España acepta el discurso de la nación catalana

La resaca de las elecciones catalanas ha dejado a muchos en la estacada y a otros con esa cara de falsa ilusión del que dice vencer cuando, de verdad, se sabe vencido. Pero lo bochornoso del asunto no es la vorágine informativa de los comicios, ni siquiera las imágenes de todos los líderes celebrando los resultados con cava catalán, y por supuesto, ni el intento de hacernos creer a todos los españoles no catalanes que esas elecciones tienen mucha importancia para el resto de España, en cuanto que son termómetro de no sé qué elecciones munipales o generales. Lo realmente bochornoso del asunto no es otra cosa que la permisividad y aceptación del discurso catalanista, del país catalán, de la nación catalana y de los países catalanes en su conjunto. Aprobado el estatuto, los dirigentes catalanes, comenzando por el solapado PP, y terminando por las siglas más radicales, no han hecho más que decirnos al resto de España que ellos son ciudadanos de otra nación que aspira al rango de Estado, a la autodeterminación desmesurada y a la autofinanciación, aunque lo último habría que verlo. Y todo este discurso es aceptado en toda España sin tapujos y sin críticas, sin análisis y con esa cara de siervo resignado del que se calla por ignorar el valor de sus palabras y sus actos.

La calidad informativa dio paso a la tácita bajada de pantalones tan de moda hoy en España y que tan buenos resultados está dando. Y esa grandioso despliegue informativo de las importantísimas elecciones catalanas se convirtieron ayer en un insulto a la dignidad de todos los españoles como pueblo y como nación, más o menos aborregada, de la que sólo se habla cuando se trata de la solidaridad (económica) entre las diferentes comunidades autónomas.

Quién ganase las elecciones es lo de menos, por mucho que digan lo contrario, porque la única que perdió ayer fue la nación española aceptando palmariamente el fastuoso discurso nacionalista de Cataluña, un país rendido ante el poderío de otro, independiente del resto del mundo e inteligente para aprovechar la propaganda de Madrid, como les gusta llamar a España.

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Hace un año en EL GORRIÓN:

La farándula del estatuto (3 de noviembre de 2005)

miércoles, 1 de noviembre de 2006

Las Instituciones Públicas han perdido toda credibilidad

La fe, ni mucho menos es creer lo que no se ve, sino todo lo contrario, creer viendo e intuyendo que el objeto de dicha fe merece la pena y es digno de la misma. El Estado pretende ser, en la actualidad democrática que nos ocupa, el garante de los derechos de los ciudadanos, pero la realidad es bien distinta. Ya no es que los índices de confianza con respecto a las instituciones públicas haya descendido notablemente, sino que los ciudadanos ya no confían en dichas instituciones, no tienen fe, han dejado de creer precisamente porque el Estado ha dejado de dar motivos para merecerse tal confianza. El espectáculo político, económico y judicial al que asistimos un día sí y otro también no deja lugar a dudas, las instituciones sirven para servirse a sí mismas y no perder comba de su propio poder.

Si la seguridad es una de las necesidades primarias del ser humano, entonces los ciudadanos que pagamos los impuestos y el mantenimiento del Estado estamos desasistidos por esta mezcla de intereses partidistas de la casta política y por el aprovechamiento de las fuentes de riqueza que redunda en unos pocos perjudicando a la inmensa mayoría, sobre todo, la clase media, esa que hace malabarismos para llegar a fín de mes.

La educación es una de esas instituciones públicas que ha perdido toda credibilidad, quizás por los resultados académicos, por la propia idiosincrasia de los jóvenes españoles o por la intromisión desmesurada de los políticos en la labor de la comunidad educativa, disfrazando su nefasta actuación con una burocracia imposible de superar y resignada al fracaso escolar como mal menor de un sistema que busca adoctrinar borregos y no crear personas integralmente adultas, independientes y libres de pensamiento.

Si el sitema educativo no es digno de confianza, qué decir del sistema judicial y sus bosque de artimañas legales para favorecer al culpable y culpar al inocente, desde los grandes casos, los innumerables juicios contra ETA, hasta los juicios de injurias o los de custodia de menores. Casi siempre ganan los malos y, como siempre, perdemos los ciudadanos.

El sistema de la Seguridad Social no se queda atrás. Ni él ni su burocracia. El sistema de pensiones y las asignaciones económicas por cualquier minusvalía se convierte uno de los momentos más bochornosos de la democracia española, rogar y suplicar para que a un ciudadano le den una parte de lo que es suyo por haber trabajado toda su vida. El Estado tutela y decide que corresponde a cada uno, tenga razón o no.

La vivienda, las fuerzas de seguridad del Estado, ... sin comentario. Los ciudadanos están total y absolutamente desasistidos por parte de quien debe garantizar sus derechos, los mismos que los políticos y los grandes empresarios se pasan por el forro, riéndose de todo tipo de tribunal, empezando por el Supremo y acabando por el Constitucional. Los ciudadanos ya no confían en este estado de derecho y de bienestar que tanto venden cada cuatro años, aunque a fecha de hoy, las cosas estén peor que nunca. ¿Será la rosa o será de la sierpe el cascabel? Y si la voz de los ciudadanos se escucha cada cuatro años, entonces hemos de actuar en consecuencia y dejarnos de misivas ideológicas para buscar el cumplimiento absoluto de la Constitución y encontrar aquella fe perdida y tan necesaria para existir con dignidad.

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Hace un año en EL GORRIÓN

El callejón sin salida (1 de noviembre de 2005)

¡Válgame Dios! Cataluña boicoteada (2 de noviembre de 2005)

sábado, 21 de octubre de 2006

La Iglesia no hace política

Desde siempre se ha dicho que la Iglesia no debe hacer política, pero entendida ésta en sentido estricto, en cuanto pertenencia a determinados partidos políticos, a la implicación directa en intereses partidistas e ideologías varias. La Iglesia no debe de hacer política pero, en cambio, sí que ha de estar presente en todos aquellos foros donde se pongan en tela de juicio la paz, la convivencia y la libertad. Si la Iglesia no debe hacer política significa que la jerarquía eclesiástica no debe identificarse con sigla alguna, pero la jerarquía. No así los laicos, vamos, el pueblo llano.
El Papa, en Verona, no ha dicho ni que sí ni que no, ni tampoco que vaya a contar el cuento de la buena pipa. Simplemente que "es necesario anteponer las exigencias de la justicia a los intereses personales, o de un grupo, o del Estado. A la Iglesia no corresponde el cometido de actuar en el ámbito político para construir un orden justo en la sociedad, eso corresponde a los fieles laicos, entre ellos los cristianos laicos"... aceptamos barco.
La jerarquía de la Iglesia Católica puede ser criticada por muchos aspectos que no vienen al caso en estas líneas, pero, si hay algo en España, por lo que la jerarquía es digna de alabanza en estos últimos tiempos, es precisamente por el apoyo tácito y público a la cadena COPE y sus estrellas mediáticas, aunque no siempre haya sido así. La respuesta de Amigo Vallejo a Gabilondo con respecto a la COPE no deja lugar a dudas, "una bendición de Dios". Y esta respuesta del Arzobispo de Sevilla no tendría mucha enjundia si no fuera porque la cadena COPE se ha erigido como uno de los foros más importantes para la defensa de la paz, la convivencia y la libertad -como tanto gusta a Cañizares-, en contra de intereses manifiestamente políticos y partidistas.

El Centre d’Estudis Francesc Eiximenis, la Lliga Espiritual Mare de Déu de Montserrat y la asociación Cristianisme al Segle XXI , como ya se sabe han denunciado a la Conferencia Episcopal Española ante el Tribunal de la Rota de Roma, la panacea de los tribunales eclesiásticos, con denuncia canónica, es decir, que lo que pretenden estos grupos es poner a la Iglesia en contra de la Iglesia y elevar la actitud de los obispos de la COPE al grado de alejamiento de la doctrina oficial de la Iglesia. Estos grupos denuncian textualmente, las “descalificaciones que se acompañan muy a menudo de insultos, ridiculizaciones y menosprecios”, en “una posición descaradamente proclive al Partido Popular, llegando incluso a dictarles cuál debe ser su actuación”, en “un desprecio sistemático de todo lo concerniente a los procesos democráticos, partidos políticos e instituciones de Catalunya”, o a las “conclusiones precipitadas y tendenciosas sobre hechos o rumores que en muchas ocasiones no han llegado a contrastar, afirmando lo que desconocen y manipulando dichas noticias para convertirlas en mentiras”. Y encima le dicen a los obispos que están incumpliendo su deber pastoral. ¿Dónde queda pues el suyo de apoyar al Ordinario de su diócesis?

La verdad que muchos esperan que se desestime la denuncia y la COPE pueda seguir su labor de vocero en la oscuridad del panorama informativo español, pueda seguir denunciando el robo que España está haciendo de sí misma. Porque si la cadena COPE es tachada constantemente de mentirosa, conspiradora, sectaria, manipuladora, ultraderechista, fascista y todo acompañado de ningún tipo de argumentos sino sólo del insulto fácil y tópico, entonces es que la COPE está haciendo las cosas como las debe hacer. Y si hacer política significa estar en la cresta de la ola, defendiendo la justicia, apoyando indudablemente ciertas ideas, luchando por la verdad y estirando la mano hacia la libertad, la Iglesia al completo, obispos y cristianos laicos, hacen política, y auténtica política. Y eso es lo que hay, porque hoy en la política se decide el futuro completo de un pueblo y una sociedad, y la Iglesia no puede estar al margen, aunque se le quiera otorgar un papel digno, pero insuficiente, de asistencia a los necesitados y damnificados precisamente por una nefasta gestión política y económica.
Sería muy triste que, de pronto, todo cambiase y se viniera abajo por el miedo e intereses de los obispos, el cansancio de sus estrellas mediáticas y la presión de los que no se merecen otra cosa que la prisión. Las últimas noticias contradicen todo lo dicho. Ya veremos.

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Hace un año en EL GORRIÓN:

"El manjar más exquisito" (19 de octubre de 2005)
"¿Hasta cuándo?" (19 de octubre de 2005)
"No saben lo que dicen" (21 de octubre de 2005)
"La patraña de la LOE" (21 de octubre de 2005)

viernes, 20 de octubre de 2006

La obispos apoyan al PP y mienten a los españoles

Las últimas noticias con respecto a los obispos españoles no dejan sino entrever la situación de falta de libertad y de respeto en la que vive la sociedad española. Si la COPE molesta al régimen establecido, entonces ya no sólo se le ataca desde los demás medios de comunicación, guiados casi por una sola mano, sino que además, a los citados obispos españoles se les acusa de todo lo acusable por defender la libertad, la paz y la convivencia denunciando las violaciones democráticas a las que lamentablemente estamos ya tan acostumbrados.

Unas cuantas sociedades o grupos cristianos catalanes han acusado canónicamente ante el Tribunal de la Rota a la CEE por defender los postulados del Partido Popular y por difamar e insultar a las intituciones catalanas a través de los programas estrella de esta emisora de radio. Se les exige que renuncien a la linea editorial de la misma y que tomen las medidas oportunas con respeto a los responsables de tales programas.

Se ve, primero, que estos grupos no conocen el Vaticano II ni su decreto Inter Mirifica, sobre los medios de comunicación social y los deberes que todos los cristianos, incluidos los obispos, tienen con respecto a ellos. Segundo, los obispos no hacen política, sino que no pueden mirar hacia otro lado y dejar de ver y sentir la situación de crisis social en la que se encuentra España, y como creyentes pastores comprometidos hacen uso legítimo de todos los medios a su alcance, aunque esto no guste a los que defienden el coto de la impunidad.

La Iglesia no hace política, como ha dicho el Papa en Verona, pero no puede desoir el grito de la injusticia ni tampoco puede dejar de estar presente en todos los foros en los que se ponga en cuestión la libertad y el futuro de todos los ciudadanos. Así que no se confundan, porque lo que es del César, también es de Dios, le pese a quien le pese. (Seguirá...)

sábado, 14 de octubre de 2006

Eliminar la asignatura de religión

Nada tranquilizantes parecen las útimas declaraciones de la Ministra de Educación con respecto a la situación final de la asignatura de religión, cosa bastante sospechosa teniendo en cuenta que aún no han sido aprobados los decretos por los que la LOE será concretada en las diferentes comunidades autónomas, ni han comenzado las conversaciones entre las diferentes asociaciones, organismos interesados, sindicatos y el gobierno para sacar las conclusiones de las propuestas finales para la formulación de dichos decretos. El simple hecho de que el Ministerio y la Conferencia Episcopal hagan público unos primeros contactos con respecto a la asignatura no habla bien ni del futuro ni de las formas del diálogo, ¿dónde están los demás colectivos interesados? ¿No da la impresión de que se está tomando la asignatura de religión como moneda de cambio para otros intereses que nada tienen que ver con la educación?

La Ministra Cabrera ha declarado que la asignatura será evaluable pero no computable en caso de optar a becas, cosa harto injusta conociendo los contenidos de algunas de las asignaturas que inundan los horarios de alumnos y profesores,como se dice, para rellenar y para justificar algunos sueldos. Además, no ha tenido reparo en declarar omniscientemente, que la asignatura no poseerá una alternativa. Y Aparentemente esta realidad podría parecer justa, pero la solución para los alumnos que no escogen religión no lo es, tendrán hora libre. Una injusticia y discriminación para los alumnos que escogen la religión y una injusticia para los alumnos que escogen alternativa pues la administración no es capaz de dar una respuesta educativa a una hora lectiva que, además por ley, ha de ser de clase y nunca hora libre.

Todo esto nos lleva a concluir diferentes consecuencias:

Primero, los alumnos no pueden tener diferentes horas lectivas durante la semana (por ley), y los alumnos de alternativa no pueden tener una o dos horas menos a la semana de clase, ni los de religión una o dos más , aunque en la práctica se lleve a cabo desde hace años. Además de la contradicción de leyes en las que se cae, curiosamente aprobadas por el mismo Gobierno.

Segundo, esto no hace más que obviar los acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede del año 1979, con lo que de nuevo se cae en la ilegalidad, porque dichos acuerdos tienen rango de "internacional" y además no son derogables por la acción concreta de un gobierno. Hay que notar, por otro lado, que el año 1979 no es el año 1975, y que la Constitución Española ya estaba vigente. Los acuerdos, por tanto, no son preconstitucionales como muchos se empeñan en mantener, sino todo lo contrario.

Tercero, la desaparición de la alternativa sólo se comprende desde la perspectiva del Gobierno de alcanzar la desaparición de la religión. ¿Quién elegirá religión pudiendo elegir hora libre sin calificar? Los chavales pueden ser santos y aún más sus padres, pero no son tontos y el esfuerzo no es uno de los fuertes de este sistema educativo.

Cuarto, en todo este proceso se está olvidando a los principales actores de la función, los profesores y los padres y alumnos que eligen la asignatura de religión, pese a todo. Y todo porque no interesa de un modo u otro que los profesores se independicen de las decisiones del Ordinario y porque la realidad del 80% de los padres de alumnos españoles (los que eligen religión) son una fuerza demasiado peligrosa e influyente como para pedirles su opinión de un modo formal.

Hay muchísimas cosas que se podrían poner en la palestra de la religión y el falso progresismo, pero no me voy a expandir. Dejaré los argumentos por los que la desaparición de la religión en la escuela pública supone un atraso y una pérdida de la calidad de la educación, un paso atrás en el desarrollo de nuestra sociedad y el olvido de la historia que nos ha precedido y de los pilares sobre los que se asienta nuestra cultura y en definitiva, nuestra forma de ser. Pero esta lucha no ha hecho más que empezar. Lo que no nos deberíamos dejar de preguntar es, ¿a qué responde realmente y qué intenciones se esconden bajo las acciones de unos para eliminar la religión de la escuela y otros para su mantenimiento casi audaz? De la respuesta a esta cuestión debería depender en su totalidad la decisión final sobre el futuro de la asignatura de religión en la escuela pública. Allá cada uno con la suya.

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HACE UN AÑO EN EL GORRIÓN:

Los profesores... de religión (15 de octubre de 2005)

viernes, 13 de octubre de 2006

Hace un año... El Gorrión

Hace un año comenzó la andadura de El Gorrión, el día 12 de octubre de 2005. Un día de esos en los que no se tiene nada mejor que hacer que crear una bitácora, aunque sea día de fiesta, o día del Pilar o día de la Hispanidad. Tras varias bitácoras educativas, me decidí a poner por escrito todos aquellos pensamientos enmarañados que de vez en cuando me pasaban por la cabeza y que algunas veces me había atrevido a ordenar, en forma de carta al director, en los periódicos que tenían algo que decirme. Obviamente, no siempre eran publicadas, pero el ánimo que algunas personas, independientes políticos y amigos, me insuflaban cuando podían leer alguno de mis escritos, me dio la valentía y un propósito de compromiso suficiente para esta aventura.

Muchos de mis amigos se preguntan porqué elegí el nombre de El Gorrión. Por aquel entonces yo ya era asiduo lector de bitácoras y periódicos digitales, sobre todo, aquellos de marcado tinte político y educativo, y observaba que la mayoría de los nombres dejaban entrever ciertas tendencias, incluso que entre ellos se parecían demasiado. Por eso, después de no mucho pensar, es la verdad, decidí como nombre El Gorrión, es decir, un animalillo simpático y abundante, que se puede encontrar en cualquier ciudad o pueblo, o en medio del campo, o en la playa. Un animalillo que pasa desapercibido y que no hace demasiado ruido, pero que cuando está, se nota su presencia y su tintineante canto, una presencia que no molesta, pero que es constante. El Gorrión siempre busca y, aunque se conforma con poco, nunca es suficiente para darse por vencido, porque en su fragilidad está su grandeza. Todo una metáfora de lo que yo pretendía que fuera esta bitácora, quizás humilde pero incisiva, constante y siempre presente.

El desarrollo de El Gorrión en este primer año de vida ha pasado por momentos buenos y momentos menos buenos, coincidiendo siempre con cierta asiduidad a la hora de escribir y, por supuesto, con las circunstancias personales y de trabajo por las que he pasado este último año en el que no me he aburrido. Bien lo saben aquellos que me conocen personalmente.La pretensión de esta bitácora siempre ha sido la de informar y ofrecer una visión personal (parcial por supuesto) de las noticias más relevantes y que más tenían que ver con las injusticias a las que los ciudadanos nos vemos sometidos día sí, y el siguiente también. Espero haber logrado ese pretendido servicio.

Gracias a todos los que me han apoyado y a los que, sin querer, con su voraz crítica, han provocado que el El Gorrión se haya ido puliendo y encontrando su sitio idelógico dentro de la vorágine política que es hoy España.

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HACE UN AÑO EN EL GORRIÓN:

El hoy de la educación (¿integral?) (12 de octubre de 2005)

Las heridas del subsahariano (12 de octubre de 2005)

Un asunto de reyes (13 de octubre de 2005)

viernes, 22 de septiembre de 2006

Montilla demuestra su bajeza ética contra Múgica

Parece que no basta con que los cargos públicos hagan su trabajo como corresponde, sino que ahora se les tilda de cualquier cosa precisamente por realizar dicho trabajo con responsabilidad y coherencia. Éste es el caso del Defensor del Pueblo, el señor Enrique Múgica, vilipendiado por haber presentado un recurso de inconstitucionalidad al aprobado estatuto catalán. Los argumentos usados por el candidato a la Generalidad de Cataluña por el PSC, el señor Montilla, no dejan de mostrar la bajeza moral y personal de tal personaje, ministro de España hasta hace pocos días. Es más, demuestran el rastrojo en el que se puede convertir el ser humano por buscar egoístamente el propio interés, haciendo alarde de una mala fe que no merece casi ni la consideración de persona, aunque lo quiera mucho su familia y lo tengan en alta estima los militantes de su partido y/o los nazionalistas de su región.

Porque manifestar públicamente que el Defensor del Pueblo actúa contra el estatuto catalán como consecuencia del asesinato de su Fernando por la banda asesina ETA en 1996, es una maldad inefable. Pero, ¿cómo puede ser un defensor de la democracia y la libertad (JA, JA) una ser tan primario? ¿Tiene que recurrir al insulto y la ofensa frente a la discrepancia? Dicen que el ladrón cree que todos son de su condición, porque, Enrique Múgica estará más cerca o más lejos del PP, pero no habla en su nombre, sino en el nombre de todos los españoles frente a un estatuto inconstitucional de cabo a rabo, insolidario, caciquil y separatista, pero de los separatistas que quieren seguir chupando del bote común. Y eso lo sabe el candidato Montilla.

¿Cuáles son las razones, entonces, por las que destinó desde su cartera de industria, muchos millones de euros -miles de millones de pesetas- para Cataluña, su promoción lingüistica-tecnológica, su promoción turística cuando ya es la primera en turismo, su promoción cultural-antiespañola? ¿Cuáles son las razones entonces, por las que Montilla, parece ser, recibió millones de una entidad bancaria catalana a cambio de ciertos favores empresariales? ¿Cómo se atreve, pues, este no se qué de la política a manifestar que Múgica actúa de esta forma por un débito de favores al Partido Popular?

Y lo más importante y esclarecedor, ¿por qué relaciona un asesinato de ETA con el estatuto catalán? ¿Es que la identidad catalana nazionalista se funde en una con la idea de la autodeterminación vasca por medio de las armas? Porque, a priori, no debería haber relación entre los asesinatos de ETA y la aprobación del estatuto, pero ha mostrado su plumero antiespañol, quizás por necedad, quizás por soberbia. Lo ha hecho.Y por último, ¿con qué autoridad juzga Montilla la acción del Defensor del Pueblo basándola en un estado de ánimo poco saludable? ¿Es que es psicólogo o es que tiene mucha mala leche, o es que es así de simple?

Este individuo pútrido es el candidato a gobernar la comunidad autónoma -nación- más rica de España. Que se lo piensen los votantes del PSC antes de dar su sí a tal ser. Pediría la abstención de voto para la papeleta de la bicha enroscara al capullo rosal catalán. Es más, pido encarecidamente que se obvie al indocto Montilla, porque los ciudadanos no nos merecermos ralea de tal calaña viviendo de nuestras ilusiones y nuestro trabajo. ¡¡Deje a la libertad actuar por sí sola candidato Montilla...! Ah, lo olvidaba, usted no la soporta.

jueves, 21 de septiembre de 2006

Se acerca la verdad sobre el 11-M

La explicación manifiesta e institucional de la masacre del 11-M dada pocas semanas después del suceso por parte del Gobierno, sin sumario ni informes de por medio, parece que ya no se sostiene, ni con la ayuda de todos los grupos parlamentarios ni de la mayoría de los medios de comunicación. Y sucede, que las cosas en esta vida no son una sucesión apodíctica de causas y efectos. Y si el 11-M hubiese sido el efecto de la presencia de las tropas españolas en Irak, entonces tendríamos atentados todos los días a tenor de la presencia de tropas españolas en numerosos conflictos bélicos de tinte islámico y que, políticamente, ni nos van ni nos vienen.

La "coalición" en defensa de la dignidad del Parlamento por parte de todas las fuerzas políticas contra el requerimiento de verdad presente y futuro del Partido Popular sobre las investigaciones del 11-M y la actuación del Gobierno junto al poder judicial, no deja de ser motivo de vergüenza para todos los españoles. Y digo vergüenza porque no nos merecemos un gobierno que nos mienta y unos políticos que se hayan aliado sin pruebas a una verdad institucional que hace aguas por todos sus flancos.

La máxima de la izquierda de que siempre tienen la razón se ha coligado con la mentira y la manipulación, con la rotura de los derechos constitucionales, con el vicio del poder y con el olvido de las víctimas, 192 muertos y 40 millones de españoles más.

El apagón informativo y la inacción judicial junto al ataque total contra los medios que investigan la masacre del 11-M, a los propios periodistas y a todos los que defienden en las calles la búsqueda de la "verdadera" verdad, no es más que la prueba más evidente de que tienen mucho que ocultar y poco que decir en su defensa. El último informe descubierto por El Mundo lo atestigua, aunque los responsables sigan tildando a gritos la maldad y la mentira del Partido Popular para constrarrestar la avalancha que se les avecina. Lo que no entienden los responsables que la vida de los 192 muertos pesa mucho en nuestro presente, en el de todos los españoles que quieren saber la verdad. Y esa fuerza es imparable. Sigamos creando la incómoda crispación que tanto fastidia a la sociedad española estancada en las verdades que suenan bien a sus oídos amaestrados por los asesinos y sus cómplices, porque cada día nos seguimos acercando más a la verdad del 11-M.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

El Islam y los progres

La grandeza del Islam parece que recae en su capacidad de autodeterminación, sobre todo, desde la perspectiva de los progres españoles que no son capaces de comprender la libertad de todos y cada uno de los ciudadanos, sino sólo de unos pocos, amigos y conocidos, siempre que recaiga la culpa sobre los que ellos mismos, estos progres, consideran que viven y piensan en contra de sus maniqueos ideales e intereses trepas.

Lo del Islam, su desmesurada respuesta ante las frases del Papa Benedicto XVI, no nos coge de nuevos, porque ya sabemos de qué pie cojean los que quieren ensalzar sus propios ideales usando la parte más radical de las suras del Corán. Lo que ya no alcanzamos a comprender ciertamente es la postura de todos estos que no saben ni qué es el Islam, ni qué es el cristianismo, ni son capaces de entender unas palabras sencillas que sólo hacen defender la razón de la religión como encuentro entre los seres humanos.

El intento por hacer ver a la opinión pública de que históricamente han tenido razón cuando defendían la tesis de la maldad de la Iglesia y su jerarquía, llega en estos días a límites insospechados. De nuevo, la confusión entre libertad, democracia y manipulación informativa (ideológica), es la nota fundamental entre los que defienden la bondad de los radicales islámicos y la maldad de unos cristianos que pretenden poner los puntos sobre las íes para que esa opinión no se convierta en el santo y seña de la debacle social de occidente, para que las amenazas de expansión del Islam en Europa no sean tomadas como un derecho loable de autodeterminación sobre los que escuchan tal palabro y se les nubla la vista de tanto gusto.

No todo vale, y el uso político e ideológico de cualquier religión no es tolerable en una sociedad basada en el cumplimiento de los derechos individuales, aunque la mayoría no se cumplan. Por esta razón, no podemos comprender cómo los defensores progres de la libertad y esos derechos que tanto gustan de gritar cuando las aguas vienen cargadas de subvenciones que pagamos todos los ciudadanos, defienden a ultranza los derechos de unos radicales que no dejan que en sus países, precisamente, se cumplan ni uno solo de esos derechos, ni siquiera que se dé algo tan normal para ellos como la democracia.

Y si a los progres les ponen las amenazas de la reconquista de occidente, véase Al-Ándalus u 11-S, pues que se borren de todo lo que occidente significa y se vayan a vivir in situ la verdadera realidad islámica y su democracia coránica. O si lo prefieren que se vayan a Cuba, pero sin vivir del cuento.

lunes, 11 de septiembre de 2006

Un esfuerzo cabal de comprensión

Realmente, nuestra primigenia misión como ciudadanos es hacer un esfuerzo cabal de comprensión, pero no del terror, imcomprensible de por sí, sino de todo aquello que no se hace para combatir a los asesinos. Los españoles no somos la chica austriaca secuestrada durante ocho años y, por tanto, no tenemos ese síndrome de Estocolmo que nos hace ver a nuestros asesinos como personas que actúan con "buena" fe e impulsados por la agresión histórica de la puta España, como diría el tal Rubianes.

Rodríguez Zapatero, como experto luchador contra el terrorismo infame, ha defendido, en Helsinki, la Alianza de Civilizaciones en cuanto única solución para la supresión del terror, cuyo primer elemento es la necesidad de "hacer un esfuerzo cabal de comprensión de la amenaza" terrorista en el mundo. Dicha tesis se basa en la idea, nacida de su privilegiada y objetiva visión histórica, de que el terrorismo "ha sido utilizado históricamente en apoyo de diferentes ideologías o confesiones religiosas", de modo que, "no podemos vincularlo con ninguna civilización, cultura o religión determinada". Pero el señor Rodríguez Zapatero se confunde.

Primero, confunde religión con ideología pretendiendo ponerlas al mismo nivel, un tú a tú al que nos tiene desgraciadamente acostumbrados con respecto al terror de los asesinos de la ETA. La religión no es una ideología más, ni la ideología es equiparable a los postulados que definen una religión. El que no entienda esta diferencia que se vaya a los manuales de antropología, que no a los de teología. No se confundan.

Segundo, confunde lo histórico con lo que siempre se ha dado de un modo concreto, porque da por hecho que la religión ha ido unida indisolublemente al terror (históricamente) y que se ha servido de éste para sus intereses personales, cosa cuanto menos falsa. No es de extrañar, por tanto, que confunda de antemano, religión con ideología. Y su confusión le lleva al terreno de la generalización, recurso propio de los ignorantes. De ahí que podamos deducir según las palabras del Presidente del Gobierno, que nuestra cultura está asentada sobre las bases del terrorismo que "ha sido utilizado históricamente en apoyo de diferentes ideologías o confesiones religiosas".

Tercero, Rodríguez Zapatero se confunde al manifestar que el terrorismo no se puede vincular a ninguna civilización, cultura o religión. Entonces, ¿quién es el terrorista y quién la víctima? ¿Defiende la tesis de que todos tenemos la culpa del terrorismo como el cura que nos hacía culpables de la pobreza en el mundo por tener los frigoríficos llenos de comida? Ciertamente no toda la sociedad vasca es culpable, pero sí se dan los gérmenes para que nazca el terror y el odio a España, sí se dan los postulados alimentados por las fuerzas políticas democráticas para que el terror continúe (por ejemplo la manipulación histórica de los libros de texto aceptada por los partidos en donde Euskalerria es un sueño frustrado en la realidad cotidiana).

Cuarto, Rodríguez Zapatero se confunde al manifestar que la solución al terrorismo sólo pasa por la acción política, porque el diálogo bilateral con los terroristas no es una opción. Porque los intereses políticos no se pueden mezclar con la dejación de las responsabilidades de un ejecutivo que representa a un país y a miles de víctimas de los que se sientan al otro lado de la mesa de diálogo. Porque el diálogo político no puede ser sustitutivo de la acción judicial y de las leyes fundamentales que nos amparan. Porque el dialogo ha de realizarse entre todas las fuerzas democráticas, y no al revés.

Quinto, Rodríguez Zapatero confunde terrorismo con pobreza, de modo que, lo que hace es simplemente legitimar la acción terrorista como una reacción loable contra el poder opresor de turno, ya sea político o económico. Y no, los terroristas y asesinos no son desgraciados pobres que toman la pistola y activan la bomba como la desesperada y última acción contra la injusticia que padecen, sino que los asesinos actúan por unos intereses concretos y obsesivos al no aceptar la legalidad de una situación que se da por hecho, sea injusta o no.

Y sí, no podemos dejar de hacer ese esfuerzo cabal de comprensión, pero de analizar la situación que hace a la sociedad claudicar de su libertad en favor de dictaduras ideológicas y enfermizas. Un esfuerzo cabal de comprensión de los mecanismos democráticos que poseemos para erradicar el terror, por ejemplo, el cumplimiento íntegro de las penas de cárcel. Y un esfuerzo cabal de comprender que hay más soluciones que la simple concesión de unas exigencias que significan la victoria del terrorismo y el olvido de los que cabalmente intentaron comprender la libertad dejándose la vida en el camino.

jueves, 31 de agosto de 2006

Vuelta a casa (el país perdido)

La calidad personal no se mide por las herencias o alcurnias, sino por los actos, como tampoco por los actos electorales y los contubernios entre políticos y periodistas de la misma calaña. Y es que en estos días, la vorágine de noticias veraniegas, de calores y máximas, no hace más que ocultar, como siempre, la verdadera noticia, la nefasta gestión del gobierno y de su partido en todos los escalones de la política nacional. Entre el nunca mais, las alabanzas a Irán y la ultranza de Hezbolá estamos bien servidos los españoles que quedamos, que cada vez somos menos en este no se qué de Estado. Ah, y comprarse una vivienda digna ya no está al alcance del derecho de nuestra Carta Magna, es decir, un pico inalcanzable. Siempre nos quedará la esperanza de la primitiva y el euromillón.

Llegamos del verano y cuando veamos lo que han hecho en nuestra casa mientras disfrutábamos de nuestras merecidas vacaciones nos va a entrar las siete cosas, la vuelta a un país perdido que ya casi ni reconocemos aunque siga siendo el nuestro, pero tendremos que seguir tirando de pluma y teclado para que, por lo menos, el carné de nuestra dignidad no se quede también sin puntos y sin zonas para ser ella misma.

sábado, 22 de julio de 2006

La memoria dogmática de Zapatero

El Gobierno socialista se ha empeñado en hacernos creer que la religión pertenece al ámbito de lo privado. Nada más distante de la realidad. Una religión que carece de dimensión social, constituyente de la misma, no se le puede llamar religión, más bien, sentimiento o impulso meramente emocional, los cuales, no son merecedores de ninguna subvención ni aportación económica procedentes de las arcas del Estado. La cuestión es sencilla. Pero la cosa se complica cuando algo que pertenece al ámbito de lo privado como es la memoria, se pretende erigir como un elemento de los nuevos pilares de un régimen que nunca existió, y que están metiendo a todos los españoles como si el camello tuviese que pasar a la fuerza por el ojo de la aguja de los recuerdos de cada uno, lo que ha vivido y lo que le han contado sus más y queridos allegados.

El Gobierno socialista, y compañía, quiere hacer de la memoria histórica un uso sectario y partidista, imponiendo una única visión, un único modo de recordar, una única verdad, es decir, una memoria dogmática. Y esta memoria dogmática consiste, por ejemplo, en considerar la Segunda República como un período de libertad, de bienestar y de salud democrática.

A los setenta años del comienzo de la Guerra Civil, los programas televisivos que hacen gala de un conocimiento exhaustivo del conflicto mediante multitud de imágenes e insignes expertos, casualmente todos del mismo palo, no dejan de emitir juicios trasnochados y tergiversados de una realidad que ya hoy muy pocos han conocido y vivido, guiados más por un ardor moribundo propio del victimismo, que por el análisis objetivo y empático con la época contada. Véase TVE y cadenas adyacentes.

Esta memoria dogmática que se empeña en contar las verdades a medias, ha producido una alianza real del Gobieno con partidos de dudoso ideario democrático, al mismo que provoca el acercamiento eficaz a otros estados manifiestamente antidemocráticos, cuya imagen corporativa está encabezada por Evo Morales recién llegado de una "peoná" en las plantaciones de coca para levantar al pueblo con su sudor y su ira contra el opresor capitalista. Véanse los lamparones en el jersey a rayas multicolor del tal Evo.

Un autor recuperado recientemente y al gusto de los nuevos tiempos que nos toca vivir, deja de manifiesto que la persona es lo que es con su circunstancia, lo que ha vivido y cómo se va configurando en su vivir cotidiano. Esto que parece hoy de perogrullo, resulta que no es verdadero para la memoria dogmática, porque esta tesis derrumba aquella verdad impuesta por los intereses de la oficial memoria histórico-dogmática.

Si la Segunda República fue un período de libertad democrática, ¿cuál es la razón por la que su convulsión política y social desemboca en la Guerra Civil? Para la memoria dogmática la razón es tan simple como vacua. Los fascistas no podían soportar la libertad de la que disfrutaba España por aquel entonces, por lo que se armaron y organizaron para derrocar el poder legítimo de la República. A pocos puede convencer tal explicación de una guerra, pero es la versión oficial de la memoria dogmática, posmoderna y falta de sentido común.

Zapatero y su ilusión histórica no hace más que despertar la división y el odio, las antiguas rencillas fratricidas, la mirada del pasado descuidando el presente y el futuro del pueblo que dice gobernar, los falsos tópicos de una religión católica como empresa del poder y de la manipulación, el intento de derrocar una monarquía parlamentaria que se dieron los españoles en 1978 cuando fue el propio Zapatero quien juró su cargo en presencia del rey, y de nungún otro. Lo que demuestra claramente que tenía la intención de pasarse, desde el principio, por el forro todo lo que significase España y los españoles.

Y ahora, la LOE emerge del Parlamento -sin atender al Senado-, como el mejor instrumento a largo plazo para imponer la memoria dogmática que haga a los pobres alumnos de este sistema educativo desconocer una realidad e historia objetivas que le hagan decidir por sí mismos. Todos los niveles educativos, desde primaria hasta el fin de la secundaria, insertan objetivos, contenidos y criterios de evaluación que faltan a la verdad y condenan a los nuevos españoles a la más absoluta ignorancia histórica, imponiendo un pensamiento único acorde a la ideología de la izquierda más radical.

Descalificar al Partido Popular y aliarse con partidos fuera de la legalidad para mantenerse en el poder usando una máquina mediática exceletemente engrasada, es la estretegia que no falla ante los que no saben ni qué es la izquierda ni qué la derecha ni el centro. Porque el respeto a cada tendencia e ideología política ha de primar en la convivencia diaria de los españoles, y no se puede imponer una memoria soslayando aquella no conveniente para ciertos intereses teñidos de justicia y llenos de un ansia de ganar la guerra perdida por los abuelos.

La memoria es de cada uno. La memoria es lo que ha sido contado y lo que ha sido vivido, y ni el intento de crear un único individuo social que pierda su identidad en favor de la masa y el estado, ni el camino hacia una tercera república emprendido por el Gobierno socialista y los nazionalistas, podrán quitar a cada español esa memoria tan personal y tan íntima que es su propia historia.

viernes, 14 de julio de 2006

La mentira de la política

Una razón instrumental, viciada por sus modestos y efímeros límites, no deja lugar a la búsqueda de las grandes respuestas y las grandes soluciones, al menos, las que satisfacen el anhelo más profundo de cualquier persona. Nuestra cultura y nuestra forma de ser inmersos ya en el siglo XXI, nos lanza a conformarnos con poco, a confundir la paz con la aceptación de un chantaje político, nacionalista y social. A confundir el progreso con una ideología, el avance social con la creación de leyes favorecedoras de unas minorías muy minoritarias que se empecinan en acentuar dicha diferencia, el respeto a las creencias religiosas con la imposición de un laicismo sectario, dogmático e inculto, propio de las sociedades menos avanzadas, o más primitivas, y la historia con la manipulación informativa.

Una razón que se conforma simplemente con mantener el tipo provoca la dejación de las posibilidades de crecimiento, porque las grandes metas devienen utopías, inalcanzables y, por tanto, carentes de sentido. Esta forma de ser deja las grandes preguntas del ser humano y su inculturación concreta en un mero espejo de lo que podría la persona en su entorno y su sociedad.

La razón que busca con fe lo que más le duele e inquieta nunca, deja de luchar y de conformarse con las minucias del momento, ni con la paz de los terroristas, ni con la violación de unos derechos que favorecen otros, ni con el típico "qué le vamos a hacer", ni con las mentiras. Porque la mentira se nos ha convertido en la paz de los políticos y en el hambre del pueblo. Y el Gobierno socialista lo sabe, y Zapatero lo sabe, y Rubalcaba lo sabe, y Más, y Maragall, y Chaves, lo saben. Y Rajoy con su pánfilo séquito experto en perder las mejores también lo saben.

Y estas mentiras están provocando que dejemos de ser lo que siempre hemos sido y lo que queríamos ser dentro de nuestra tierra y que nos preocupemos por lo que menos importa a cualquier persona para dejar de lado las preguntas y los sentidos, pero sobre todo, la verdad de nuestro presente. Ya va siendo hora de que nos caigamos del guindo y afrontemos la responsabilidad que le debemos a los que nos antecedieron y a los que les debemos dejar un futuro digno y en paz.

sábado, 8 de julio de 2006

Lo que está bien y lo que está mal

Un niño cualquiera, sea de la condición que sea, suele tener el bastante seso de reconocer, a su tierna edad, qué está bien y qué está mal. Esta diferencia, criticada por muchos en base a unas supuestas coacciones a la libertad del puer, no dejan lugar a dudas de que el espíritu humano disfruta de ese otro aquello que solemos llamar moral, con su correspondiente comportamiento, de un modo casi innato. La pregunta entonces se nos antoja cuanto menos absurda, ¿es que los miembros del Gobierno de España han perdido su rumbo espiritual -del que respira- y han dejado de diferenciar lo que está bien de lo que está mal?

Porque, ¿qué hace a un juez cerrar el sumario-no-resuelto de la mayor masacre acaecida en España? Lo que está bien, parece que ahora está mal y es políticamente incorrecto seguir discutiendo sobre una cuestión que el propio Gobierno decide que no tiene ni pies ni cabeza. Una decisión, por otra parte, que no hace sino mostrar el grado de autoridad democrática del que hace gala sin cesar el Presidente del Gobierno y sus adláteres.

Porque, ¿es legítimo que un Gobierno manipule y cambie el sentido de la legalidad de los actos y acontecimientos que tienen lugar dentro del terrotorio nacional siempre que aquellos convengan o no a la política interesada de los que mandan? De modo que, los que protestan por las ilegítimas conversaciones bilaterales entre el PSE y ETA-Batasuna, caen, según el Gobierno y los jueces (algunos?) en la más absoluta ilegalidad y el más abyecto atentado contra los derechos constitucionales. Así, Pilar Ruiz, madre Joseba Pagazaurtundua, pasa a ser un elemento más del ambiente de crispación creada por el Partido Popular y no una madre que dice las verdades como templos desafiando a los del tiro en la nuca y a los que eran compañeros de su hijo, haciendo uso sin más, de los derechos que ampara la Constitutción.. También Rajoy pasa de ser presidente de la oposición a ser insumiso por la gracia de Teresa de la Vega, que no distingue entre un rosario y collar de perlas con una cruz bastante bonito. Nada que decir de Zaplana y Acebes, las personas más ilegales que haya podido dar una democracia como la de Zapatero. Y no nos metamos ya con Jiménez Losantos, César Vidal, Ignacio Villa... y Monseñor Cañizares, dignos de la mayor hoguera que haya podido nunca imaginarse.

Y como lo que está bien, ahora está mal y los malos se han convertido en los buenos, Otegui, Permach y compaña, para asombro de todo el pueblo español y de parte del resto del mundo, se han convertido en los caballeros que no traerán la paz "por huevos", porque ellos sí que tienen la paz cogida por el mango y a Zapatero por allí mismo.

Pero la cosa no queda ahí, porque los malos no son solamente aquellos que están en la palestra de la información, sino todos y cada de los españoles a los que les dé por defender el estado de derecho y la legalidad de la Constitución Española. Y mientras que asesinar en nombre de la autodeterminación del País Vasco está bien, conducir por una ciudad a 90 km/h está "requetemal", y tiene hasta cárcel. No digamos de cortar una ramita de algarrobo, comerte una cazuela de pajaritos, hacer un arroz en el campo o fumarte un ducados en el bar de toda la vida con tu cervecita fresquita.

Hasta un niño sabría que esté Gobierno quiere cambiar lo que no se puede cambiar, la legalidad y la democracia, para alumbrar el régimen de las libertades efímeras y vivir a costa del trabajo y las multas de los demás, (mejor de la gente media). Lo único que nos queda es ponernos el taparrabos y salir a gritar con pancartas que eso de la religión y el Papa es un modo de dominación ancestral sobre el miedo de las gentes sencillas para ganar dinero y construirse la mansión del Vaticano. A lo mejor Zapatero (y muchos más) nos perdonan la vida.

jueves, 22 de junio de 2006

ETA amenaza a toda la sociedad española

La sonrisa de Txapote en el juicio del asesinato de Miguel Ángel Blanco no nos fue lanzada de balde. Sabía de antemano que sus correligionarios de la ETA iban a poner las cartas sobre la mesa y se iban a colocar la capucha blanca del proceso de paz en sus caras anónimas, para decirnos a todos los españoles que no están dispuestos a tolerar ninguna agresión más de los derechos que tienen como parte de la mesa negociadora, unos derechos ganados a punta de pistola.

Pero la amenaza de los plazos y las extorsiones no sólo han sido dirigidas al Gobierno de España y al hacedor de las promesas secesionistas, Zapatero, sino a toda la sociedad española, a todos y cada uno de los ciudadanos españoles que no cumulguen a pie juntillas con el proyecto territorial de paz de Zetapelandia. Porque este soñado y prometido proyecto goza de una larga vida ya, seguramente más de dos años y las anexiones pactadas con suelo y vasallos ajenos se ha transformado en una realidad exigida como "territorialidad vasca", a saber, Navarra y todos sus habitantes españoles. O creía Zapatero que los etarras no iban a exigir el cumplimiento de las promesas realizadas antes del 11M, porque una cosa es comprometerse a bajar los impuestos, subir los sueldos, bajar el precio de las viviendas, otorgar a todas las comunidades los mayores privilegios frente a las demás... y otra bien distinta comprometerse con los etarras y los nazionalistas a fuer de blindajes pretendiendo que, llegado al poder, no puedan ser cumplidas ni una sola de las mismas. Supondrá Zapatero que es más inteligente y más listo que estas alimañas insaciables del separatismo terrorista, del insulto y del tiro en la nuca.

La propia figura hierática y enferma de Rubalcaba indica que no todo es como dicen y que el proceso de paz es sólo un cuento mediático para que los más allegados sigan manteniéndoles en el poder. Y por mucho que los López Garrido de turno sigan manifestando públicamente que en España no hay terrorismo, la verdad es bien otra. Las juventudes de ETA están dispuestas y deseosas para el ataque. Las extorsiones continuan, así como las acciones violentas a numerosas sucursales políticas y bancarias, y las amenazas se manifiestan en público y en privado con jactancia y chulería, además de instar al Gobierno continuamente a que si se produce algún agravio a los defensores de EuskalHerria, el proceso de paz quedará roto para pasar al tiro en la nuca, método etarra para ejercer su derecho a la autodeterminación.

Incluso la labor de la policía ha sido desprestigiada como en un intento de minar las esperanzas y las expectativas que el Estado de Derecho tiene depositadas en la labor insustituible y eficaz de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Porque la amenaza a la sociedad española en su conjunto y a la policía dejan entrever que los asesinos etarras no tienen toda la sartén por el mango, aunque sí bastante.

La necesaria unión del conjunto de la sociedad española, en unión con la policía y las instancias judiciales han de ser suficientes, y de hecho lo son, para que la lacra de la ETA quede liquidada. La prueba de ello se encuentra en las mismas amezanas. Lo único que nos falta es que los que mandan se den cuenta de ello y pongan el bien general y el bien social de España por encima de sus intereses y miedos personales. Si no, será nuestra labor jubilarlos pronto.